En constante perfeccionamiento fábrica santacruceña de piensos

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Santa Cruz del Sur, 18 oct .- La Unidad Empresarial de Base (UEB) ALISUR, con vasta experiencia en la producción de pienso para la acuicultura nacional cubana, está asegurada en la actividad laboral y técnica por la voluntad de sus 109 trabajadores (77 de ellos directos a la producción), los que acatan las regulaciones establecidas para conseguir un producto de calidad como lo exigen sus clientes, sin desatender la seguridad medioambiental.

Al finalizar el último día del recién pasado septiembre la entidad en Santa Cruz del Sur, perteneciente a la Empresa Proveedora del Ministerio de la Industria Alimentaria (MINAL), había reportado siete mil 87 toneladas de pienso de los tipos extrusado (en forma de pequeña bolita) y el pelletizado.

Anabelys Lachicott Márquez, económica de la fábrica, dijo que otro indicador económico como el plan de ventas, alcanzó el 101% debido a los más de seis millones 690 mil pesos acumulados. Respuestas halagüeñas exhiben la eficiencia mercantil y el costo por peso, por citar otros ejemplos, que le permiten al promedio de trabajadores proseguir por tangible senda.

La planta emplea en sus niveles productivos el trigo, la soya, el fosfato de calcio y la premezcla vitamínica. “Si elaboramos pienso especializado entonces se incorpora la harina de pescado al proceso”, explicó Rigoberto Solís Pérez, operador de la sala de control.

Ya sea el extrusado o pelletizado, ambos piensos requieren ajustadas dosificaciones de la materia prima a emplear, lo que se ejecuta a través de un sistema de molienda y luego mezclado, añadiéndose vapor para ganar una excelente cocción de la miscelánea y la gelatinización de los almidones. En otro momento se eliminan de esos productos las cargas microbianas que puedan contener.

“Relativo al extrusado, debo referir, que al llegar el amasijo al punto de ebullición se somete a altas presiones y temperatura equivalente a 90 grados centígrados dentro de la extrusadora o cañón donde acontece una gran densidad. Al salir toda esa carga por esa vía da lugar a una fuerte evaporación, disminuyendo el espesor del grano, lo que le facilita flotar en las aguas de los estanques convirtiéndose en insuperable aprovechamiento alimenticio de los peces”, describió Solís.

Por su parte Alberto García Olazábal, jefe de laboratorio y especialista en control de la calidad, al dar su criterio sobre ese eficaz pienso, señaló, se incrementa el factor de conversión al crecer las capturas de las distintas especies con relación a las toneladas del nutritivo comestible animal utilizado.

Ninguna falla le tumba el ánimo a la gente de la santacruceña ALISUR. La experiencia y la juventud de sus obreros, técnicos y profesionales resuelve cualquier contratiempo. Rostros lozanos como los de Rubén Manzo Calcines y Daviel Sánchez Castillo pueden verse en las soluciones de las jornadas que intentan tornarse complejas.

“Hice un ventilador para el interior del quemador de la caldera alemana. El legítimo estaba muy explotado y se destruyó”, relata Manzo. “Eso facilita suministrarle oxígeno al equipo generador de vapor tan imprescindible en la industria”.

Sánchez adaptó un censor para el funcionamiento automático de la torva de descargue del alpín (molino pulverizador). “Fue un indicador de nivel en los inicios pero lo adecué de esa manera. Los resultados han sido estupendos”.

Para ambos los imposibles no existen como tampoco tienen cabida en la revolucionaria mentalidad del resto de sus camaradas. Fusionados en el constante perfeccionamiento productivo pretenden envasar las nueve mil 500 toneladas de pienso previstas al caducar el 2015.