Fortalece Cuba producción de bioplaguicidas
La Habana, 1ro mar. – Cuba recibió equipamientos e insumos para fortalecer sus capacidades en el manejo agroecológico de plagas a partir de la producción de bioplaguicidas, como parte de dos proyectos de colaboración internacional, informaron hoy.
Ambos programas cuentan con apoyo financiero de la Unión Europea (UE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), indicó además en una nota la representación de este organismo en la capital cubana.
Entre los recursos mencionados, suministrados al Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (Inisav), se destacan una liofilizadora, zaranda orbital refrigerada, mezcladoras, balanzas, analizador de humedad y filtros para fermentador, todos los cuales son fundamentales para la producción de bioplaguicidas.
Tal contribución permitirá establecer entornos más favorables para el manejo integrado de plagas en más de cinco mil hectáreas de tierras en las zonas beneficiarias y generará impactos directos en los productores y sus familias.
Se espera, además, obtener cosechas con niveles reducidos de residuos, lo que promoverá la inocuidad de los alimentos y tendrá un resultado positivo en la salud de la población.
La directora del Inisav, Marlen Veitía, afirmó que los recursos proporcionados beneficiarán la calidad y disponibilidad estable de las cepas utilizadas en la producción de bioproductos en Cuba, como las formulaciones de la bacteria entomopatógena Bacillus thuringiensis: Thurisave 24, 26 y 13.
Esta tecnología innovadora, agregó, mejorará la conservación de los viales, lo que resultará en ahorros de recursos en su transporte hacia los laboratorios, así como en la preservación de otras cepas fundamentales para la generación de nuevos bioproductos.
La iniciativa se corresponde con la Ley de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional (Ley SSAN) y su objetivo de reducir la dependencia de recursos externos y fortalecer la producción local de insumos productivos, incluyendo los bioplaguicidas.
El uso de estos medios se considera estratégico para Cuba, ya que fomenta la soberanía tecnológica, disminuye la importación y el empleo de plaguicidas químicos que pueden contaminar el agua subterránea y desequilibrar el sistema agrícola.
La adquisición de insumos para la producción de bioplaguicidas fue posible gracias al proyecto Apoyo estratégico a la seguridad alimentaria sostenible en su componente tres, Consas.
También al programa Apoyo en la respuesta a la COVID-19 para mantener el funcionamiento de los sistemas alimentarios, con fondos de la FAO.
Consas, implementado en seis municipios de la región central de Cuba, es ejecutado por esa agencia de la ONU, el Ministerio de la Agricultura y la UE, y tiene como objetivo fortalecer las capacidades locales y nacionales para impulsar la seguridad alimentaria a través de la gestión del conocimiento, la ciencia y la innovación. (Tomado de Prensa Latina)