La imaginación de un santacruceño convierte lo inservible en arte

La imaginación de un santacruceño convierte lo inservible en arteUna plaza doméstica ha conquistado un seductor proyecto, comenzado desde lo creativo e empírico, por el autodidacta artesano santacruceño Rafael Guerra Montero, quien para realizar su labor requiere de cuantiosa concentración. Con la anuencia de sus seres queridos ha convertido un ala de la casa en galería personal, y área para construir las obras.

“Mis conocimientos los he acumulado a través de la observación, los primeros fueron adquiridos a través de mi padre, cuando tuvo responsabilidades en la Empresa Municipal de Medios y Propaganda del Partido, y el resto los consolidé admirando la interesante faena de un primo mío, que tiene habilidades como artesano”.

Da gusto comunicarse con este hombre, expresivo en cada gesto, pausado al explicar los detalles. Mirando por sobre los inseparables espejuelos, transmite el mensaje de esas pupilas orgullosas, tantas veces decisivas, junto a las manos, para entrelazar en forma de cardán esos alambritos de diversos tonos, cuando se dispone a fabricar los sugerentes tapices.

“Este material de desecho lo voy acumulando, para aprovecharlo cuando tengo la cantidad suficiente. Mi propósito es darle utilidad conveniente al ocio tras finalizar las 8 horas de trabajo en la imprenta, donde soy impresor gráfico”.

La imaginación de un santacruceño convierte lo inservible en arteCada idea la plasma en una cartulina, realiza el dibujo y lo cuadricula. “En la parte superior del diseño hay un tubito de aluminio, donde comienzo a poner las hileras alambradas de forma vertical, cada piezecita va enlazada como si fuera un cardán, todas del mismo tamaño. Con gran cuidado se integra la imagen, cumpliendo bien las medidas y determinando cómo mezclar adecuadamente los tonos”.

En la inmensa mayoría de estas creaciones está la figura del Che, sonriendo, fumando un enorme tabaco, meditando y pensando en hacer más Revolución. “Para mí es un paradigma a seguir, mi primera obra se la dediqué. Hago gestiones para conseguir más imágenes e incrementar la colección sobre él”.

Las hileras alambradas pueden llegar a 110, y hasta 5 mil  los fragmentos acoplados, de acuerdo a la dimensión del propósito. “Lo que no haya hecho con anterioridad, puede llevarme hasta 15 días realizarlo, cuando hay un antecedente la duración es menor”.

En las 11 obras también aparecen varios animales, personajes protagónicos en películas dedicadas a los infantes. “En el caso del tigre me resultó difícil hacer el bigote, requiere de pormenores. Nada resulta fácil, mientras más complejo más se quiere y se puede…”

Santiago SantaCruz
Cortesía para Radio Santa Cruz