Puertorriqueños experimentaron fracaso del colonialismo de EE.UU.

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San Juan, 1ro ene.- Los puertorriqueños experimentaron en 2017 su capacidad para lidiar con la adversidad tras el huracán María, y el fracaso del colonialismo estadounidense a 119 años de su invasión.

Dejados en el abandono, al punto que todavía cerca de la mitad de la población se encuentra sin energía eléctrica en sus hogares, unos 40 mil trabajadores han perdido sus empleos debido al cierre de empresas y comercios incapaces de mantener sus operaciones con un alto gasto de dinero en generadores particulares y combustible.

Desde que el 20 de septiembre el huracán María impactó a esta isla, la menor de las Antillas Mayores, sobre 250 mil puertorriqueños han optado por emigrar a Estados Unidos, donde la vida se les ha convertido en un calvario, a pesar de que hace 100 años la nación norteña le impuso su ciudadanía para reclutarlos para la Primera Guerra Mundial.

Más de un boricua cuenta historias de horror que han tenido que experimentar en este éxodo, aunque otros han sido bien recibidos en estados como Florida, Nueva York y Texas.

A la vez, en medio del caos ante la falta de respuesta de los gobiernos de Puerto Rico y Estados Unidos, muchos sectores comunitarios se organizaron para brindar apoyo a los más necesitados, en particular la niñez y personas de mayor edad, las cuales perdieron sus hogares.

Este año (2017) los puertorriqueños hemos demostrado que, definitivamente, tenemos la capacidad y, sobre todo, la necesidad, de decidir libremente nuestro destino, pues del norte no debemos esperar otra cosa que desprecio, explotación y humillaciones, opinó el dirigente independentista Julio Muriente Pérez.

Estableció que vivir de dádivas es una indignidad; el modelo económico impuesto hace siete décadas ha fracasado y que el colonialismo establecido por Estados Unidos hace 119 años ha fracasado.

Esa bancarrota no sólo se manifiesta en el estancamiento económico de más de una década y en la insuficiencia fiscal de siete mil 500 millones, sino el desprecio mostrado por el presidente estadounidense, Donald J. Trump, en medio del caos ocasionado por el huracán María, al acusar a los boricuas de querer que les solucionen sus problemas, como si Estados Unidos no tuviera responsabilidad con esta isla que mantiene maniatada en todos los aspectos.

Para Muriente Pérez, el 2018 deberá ser el punto de partida de la construcción de ese nuevo país al que aspiramos todos y todas; ese es nuestro deseo, nuestra gran aspiración, que somos capaces de hacerla realidad.

El año 2017 estuvo marcado por importantes acontecimientos, algunos sumamente positivos, como la liberación del combatiente independentista Oscar López Rivera después de casi 36 años encarcelado en Estados Unidos imputado de conspiración sediciosa.

La lucha por la excarcelación del combatiente revolucionario, que unió diversos sectores políticos y sociales del país, rindió su fruto a principios de año cuando el presidente Barack Obama le conmutó la condena en vísperas de dejar la Casa Blanca.

Mas hubo que esperar varios meses para que su liberación se hiciera definitiva, luego que se autorizara tener el hogar de su hija en San Juan desde febrero hasta mayo, cuando culminó la condena.

Precisamente, el Día Internacional de los Trabajadores se produjo una multitudinaria manifestación en el sector bancario de San Juan, que desembocó en violencia y dejó como balance a varios arrestados por las autoridades federales, entre estos a la ex campeona ecuestre Nina Droz, que todavía sigue encarcelada en Estados Unidos.

Ese día hubo una conjunción de factores, ya que los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico (UPR), que se estaban en huelga, se movilizaron hasta el sector bancario, denominado Milla de Oro, para repudiar a la junta de supervisión fiscal de Washington.

Mientras, el gobierno puertorriqueño sigue sometido desde mediados de 2016 a una junta de supervisión fiscal impuesta por Washington, cuyo objetivo es garantizar el pago de la deuda pública de más de 73 mil millones de dólares.

Pese a esta situación, el anexionista Partido Nuevo Progresista (PNP), que preside el gobernador Ricardo Rosselló Nevares, insiste en empujar hacia la anexión plena a Puerto Rico, sin que ni el Congreso federal ni la Casa Blanca se den por enterados.

El presidente del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Rubén Berríos Martínez, anticipó que 2018 será el año de avanzar unidos los sectores que aspiran a alcanzar la soberanía de Puerto Rico.

Adelantó que el PIP trabajará hacia ese objetivo con los independentistas y soberanistas, convencido de que Estados Unidos nunca dará a Puerto Rico la anexión.

Por Néstor Rosa-Marbrell/ Prensa Latina

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