La de Camagüey, una universidad que aporta a Cuba
Camagüey, 6 nov.- De poco sirve el conocimiento si no se usa para el bien de todos, y los resultados científicos de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz aplicados a la producción de azúcar y de otros alimentos, al sector electroenergético, a la vivienda y a las construcciones ilustran algunas de las utilidades que puede tener el pensamiento en favor de la sociedad.
Esa máxima se mantiene viva en el centro que cumple hoy 55 años de haber sido fundado, justamente, con una facultad de Agronomía, como prueba del propósito de servir y aportar al progreso económico y social desde su nacimiento, para seguir el legado del líder revolucionario cubano Fidel Castro Ruz.
Dentro de los principales impactos que han tenido las investigaciones de la casa de altos estudios para la alimentación están el empleo integral de los microorganismos autóctonos multipropósitos en granjas caprinas y en la procicultura, y las tecnologías para la producción de alimento animal como ensilajes, heno y siembra de pastos, así como para el mejor manejo de la reproducción vacuna.
Otro punto en que se ha visto el accionar de la ciencia es el desarrollo de alternativas a partir de la biomasa agroindustrial azucarera; además del diseño de mezclas o piensos, incorporando recursos locales como la harina de hojas de Tithonia, Morera y Leucaena, empleados como suplementos en las unidades ovinas.
Junto a estos logros están la elaboración de sales minerales para el ganado con alta integración de recursos del territorio, el uso de variedades forrajeras de caña de azúcar y de probióticos, prebióticos y simbióticos en la alimentación de los animales.
Por otro lado, estudiantes y profesores han buscado aportar también a las complejas situaciones de la vivienda y las construcciones, prioridad actual del país, y lo han hecho con la concepción de sistemas constructivos variados y la determinación de materiales y métodos alternativos ante la imposibilidad de satisfacer las necesidades por la falta de recursos.
Así, cuentan con estudios que exponen las cantidades necesarias para conseguir bloques de hormigón con los residuos de las areneras, al igual que la fabricación de cemento romano con adiciones de cemento portland y sus posibles aplicaciones.
Se han ofrecido variantes para usar como áridos las mezclas de hormigón asfáltico caliente con caucho sintético, posibilidades adecuadas de diseño arquitectónico y estructural para edificaciones de madera ante incendios, y respuestas a cómo hacer un uso óptimo de las vigas de acero que a menudo escasean.
La Facultad de Construcciones comparte también otras vertientes de investigación relacionadas con la conservación del patrimonio, una necesidad permanente de la ciudad, y tributa herramientas para caracterizar el estado técnico de las líneas de ferrocarriles del territorio.
Asimismo, el sector electroenergético y el de las tecnologías de la información y las comunicaciones, cuentan este año con útiles contribuciones de esa institución agramontina.
Por ejemplo, estudiantes y profesores han mostrado cómo regular y acomodar cargas eléctricas a través de un modelo de optimización que aprovecha técnicas de la inteligencia artificial para garantizar los valores mínimos tanto en el consumo de energía en el horario pico, como en la demanda máxima, a tono ello con la compleja situación que en ese orden enfrenta Cuba.
Además, han propuesto algoritmos para la predicción de la demanda eléctrica y modelos para calcular con antelación la generación fotovoltaica y evaluar el desempeño de sus instalaciones.
También han conducido la fabricación de lámparas LED para el alumbrado público, con alta integración de la industria nacional.
La casa de altos estudios camagüeyana tiene un amplio historial de líneas de investigación enfocadas en la solución de problemas territoriales y nacionales que se expande hacia donde indica el acontecer del país, con el interés superior de seguir construyendo y apostando por el desarrollo de esta nación.
(Tomado de Radio Cadena Agramonte)
