Economía

Tiempos difíciles para los universitarios estadounidenses

Tiempos difíciles para los universitarios estadounidensesResultó verdadera locura, o cuando menos, desliz demencial: la agencia estadounidense AP expresó en un despacho que “padres y estudiantes han osado pensar que este año tal vez les ofrecería algún alivio en los gastos de la educación superior”.
  
Teniendo en cuenta las secuelas de la crisis económica general, visibles por todas partes y en todos los renglones, a nadie se le podría ocurrir que la universidad norteamericana iba a ser algo más barata este año. No creo lo pensaran padres ni estudiantes.
  
El curso académico recién comenzó y progenitores y vástagos sienten como si los pincharan con agujas.
  
La matrícula en las universidades públicas cuesta un promedio de siete mil 20 dólares este otoño, y por esas aguas hay que nadar hasta el próximo verano. De un año para otro el costo aumentó 429 dólares. En los centros de educación superior privados y elitistas, la matrícula cuesta 26 mil 273 dólares, mil 96 dólares más.
  
A este panorama se suman otras malas noticias para las universidades: la propia AP añade en su información que, además, existen dolorosas reducciones de gastos en una amplia gama de rubros como personal, servicios de cafetería, viajes para equipos deportivos, actividades culturales, y otros.
  
Lo que en Estados Unidos denominan universidades comunitarias, a las que asiste aproximadamente el 40 por ciento de los que cursan estudios superiores, también aumentaron sus precios, pero la matrícula sigue siendo esencialmente gratis para cierta cantidad de alumnos cuando se tiene en cuenta la ayuda financiera y las becas a los jóvenes y familias de bajos ingresos.
  
Un informe oficial indica que la ayuda financiera (préstamos) del gobierno federal está en aumento y el uso de estos ha disminuido mucho.
  
Al panorama se suman los aumentos en los materiales de estudio, el transporte y todo lo que requieren los educandos, mala noticia para aproximadamente una tercera parte de los estudiantes que no reciben ninguna asistencia financiera.
  
En la Universidad Estatal de Washington, en Vancouver, donde los estudiantes han enfrentado aumentos de matrícula consecutivos de 14 por ciento, Peter Sterr, quien cursa el cuarto año y desea especializarse en Ciencias Políticas, dice —según AP— que quiere trabajar en el sector público, pero con 35 mil dólares de deuda en préstamos no cree que pueda darse el lujo de aceptar un trabajo de esa naturaleza.
  
Los rectores y las administraciones de las universidades se tiran de los cabellos para ver como capean el temporal y equilibran un presupuesto reducido, pero no les queda más remedio que disminuir gastos y aumentar precios: las asignaciones financieras del Senado a esos centros fueron recortadas en casi cuatro mil millones de dólares en el 2008-2009. (Por Joaquín Rivery Tur/ Servicio Especial de la AIN)