La Habana dice adiós a la fiesta del cine

La Habana dice adiós a la fiesta del cine La Habana, 14 dic .- La edición 34 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano será historia después de hoy.

Los 10 días de largas filas y ajetreo dicen mucho de la intensidad con que los cinéfilos cubanos y de otras latitudes viven esa fiesta del séptimo arte en esta capital.

Más de 500 obras en concurso, exposiciones plásticas, eventos teóricos y conciertos amenizaron cada jornada de esta cita, habitual en el último mes del año.

Lejos del aparente glamour de las alfombras rojas, estrellas que brillan sin lentejuelas colmaron los espacios de las salas cubanas para regalar un cine de altura, hecho a la criollísima forma de los latinos.

Suspicaz mira Hollywood al cine que se hace al sur del Río Bravo, el cual cada vez más arrastra multitudes con nuevos códigos de comunicación que tienen como base poner en la pantalla grande la propia vida de una civilización milenaria, recreada en la aparente ficción de personajes reales.

La gran industria aprecia tales valores como un camino para renovar los viejos clichés de los filmes del oeste aplicados a la modernidad, eludiendo casi por completo la gama de matices que enriquecen la vida cotidiana.

Así lo confirmó la presencia en La Habana del presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos, Hawk Koch, la directora Lisa Cholodenko y la multipremiada actriz Annette Bening.

Esta diva declaró a Prensa Latina el deseo de interactuar con otros espacios, propiciar el intercambio y fomentar la cooperación con Cuba y demás países latinoamericanos

Cintas como Violeta se fue a los cielos, No, Elefante blanco, La demora, Pescador y La película de Ana son algunas de las candidatas que el público y la crítica especializada desearían ver con premios Coral en mano.

Pero todo dependerá de la decisión del jurado, cuya autoridad hasta los más fanáticos reconocen sin importar la decisión.

Esta noche se develarán las incógnitas y mañana los comentarios necesariamente serán tomados por los ecos del Festival.

Mientras esperan, los realizadores y actores ya se llevan a casa un gran premio: esa magia única descubierta en un espectador que, entre emociones y comentarios, le regalan la oportunidad de sentir el agradecimiento de quienes reciben las historias como un regalo enriquecedor para su cultura. (PL)