Bolivia contra el cambio climático y la corrupción
La Paz, 19 dic .- Dos prioridades mantiene el Gobierno encabezado por el presidente Evo Morales: la batalla contra el cambio climático y la lucha frontal contra la corrupción, algo que quedó demostrado en la semana que concluye.
Elocuentes fueron las muestras de insatisfacción con los acuerdos emanados de la 16 Conferencia de la Organización de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (Cancún, México) y las acciones demostrativas de la intención de continuar el rumbo trazado en defensa de la Madre Tierra.
Como punto culminante, el anuncio del presidente Evo Morales de que el Estado hará una demanda ante el Tribunal de La Haya contra el documento final del cónclave, aprobado sin consenso y a pesar de las exigencias de los movimientos sociales populares, en opinión de la autoridades bolivianas.
El pacto de Cancún da vía libre al aumento de la temperatura del planeta hasta los cuatro grados centígrados, mucho más del uno por ciento propuesto por la Primera Conferencia Mundial de los Pueblos por los Derechos de la Madre Tierra (Tiquipaya, Cochabamba, abril de 2010).
Sequías constantes, reducción de las aguas de los principales reservorios de este país suramericano, lluvias desproporcionadas y heladas a destiempo, prueban la urgencia de adoptar medidas concretas contra la problemática y en ese sentido, la alerta boliviana al mundo.
Más allá de esta batalla, en medio de las amenazas contra la supervivencia de la especie humana, el Gobierno del cambio libra una lucha frontal contra viejos lastres como la corrupción dentro de su territorio.
Ello incidió en los últimos cinco años en el procesamiento de 500 funcionarios públicos a nivel nacional y 39 autoridades, de acuerdo con datos aportados por el vicepresidente, Álvaro García, en medio de la polémica por la suspensión del gobernador tarijeño Mario Cossio.
La obcecada actitud del líder del partido opositor Camino al Cambio, acusado de daños económicos al Estado y una veintena de delitos más, mostraron también las fuerzas contra las cuales debe lidiar el proyecto transformador y el respaldo popular a las determinaciones de sus artífices.
Fronteras afuera, esta semana la cancillería boliviana libró una importante contienda a raíz de los acontecimientos en el Parque Indoamericano de Buenos Aires, Argentina, donde murieron dos nacionales y un paraguayo en enfrentamiento con las fuerzas del orden de ese país.
El llamado a respetar los derechos de los migrantes y a que estos acaten las leyes de los países en que residen, concordaron con la búsqueda de soluciones a problemas puntuales que motivan el éxodo hacia otras tierras, en busca de oportunidades.
No obstante, el año cerrará con una victoria singular en el orden de las relaciones internacionales para Bolivia, luego del establecimiento del acuerdo marítimo y comercial alcanzado en octubre con Perú, según la Cancillería.
Tan importante como esto fue la aprobación, por parte de la Asamblea Legislativa Plurinacional, de la nueva Ley de Reforma Educativa Avelino Siñani-Elizardo Pérez, cuyo tránsito al Ejecutivo es alistado, para su promulgación por el presidente, Evo Morales.
Otras disposiciones fueron sancionadas en los días finales de la gestión parlamentaria de este año, mientras una nueva batalla era ganada contra el desvío de recursos en detrimento de la economía nacional, al inaugurar la Empresa Boliviana del Oro.
La participación directa del Estado en la recuperación del codiciado metal está garantizada a partir de ahora, en tanto se refuerza la presencia gubernamental en las áreas limítrofes del país y se activan los mecanismos de integración con los vecinos suramericanos.(PL)