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Revolucionario en todos los sentidos, Gades

La Habana, 28 jul.- La relación entre el bailaor español Antonio Gades y Cuba fue una historia de amor, opina el autor de la primera biografía completa sobre el artista.

«En 1990, a mis 14 años, vi la película Bodas de sangre, del binomio Gades-Saura, en una vieja cinta vhs. En esa etapa de mi adolescencia, de despertar de amores, quería alcanzar –aunque fuera mínimamente– la elegancia y seducción de ese hombre que danzaba de una manera arrolladora. Quería ser Antonio Gades para poder conquistar y enamorarme de quien sintiera que fuera la elegida en ese entonces».

Así cuenta a Granma el periodista, escritor y docente argentino Julio Ferrer (Ciudad de la Plata, 1976), el origen del interés que lo llevó a escribir el libro Antonio Gades. Arte y revolución.

Ferrer, además miembro de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, ha estudiado y publicado sobre el Che Guevara, Osvaldo Bayer, Stella Calloni, Marta Rojas y Diego Armando Maradona, «porque sus vidas son ejemplo de lucha y sacrificio por un mañana mejor. Son faros que iluminan la condición humana».

En esa relación de admiraciones se inserta Gades: «Entró a mi vida como una fuerza huracanada y nunca más dejé de sentir su presencia. Lo llevo en mi alma, mente y corazón, e incluso en mis sueños, donde me guía con sus pasos».

Si bien desde el fallecimiento del artista español –20 de julio de 2004– se han concebido ensayos o monografías sobre él, es esta su primera biografía completa, que aprovecha y honra la preservación de su legado en la fundación que lleva su nombre, así como en otras instituciones españolas; y es resultado de varios años de investigación, el estudio de los documentos en Cuba y en España, y más de 50 testimonios de distintas partes del mundo.

–¿Qué hallazgos de la indagación lo impresionaron más?

–El esfuerzo, sacrificio y trabajo que le costaba realizar cualquier obra, quedando extenuado y vacío.

«Se alimentaba de todo aquello que le inspirase, incluso de las personas y su relación con ellas, todo le enriquecía y lo vivía de una manera intensa. Tenía un sentido del humor muy inteligente y a veces sarcástico, podía ironizar sobre sí mismo e incluso bromear e imitar a cualquiera.

«Pintaba y, cuando podía, visitaba los museos de las ciudades donde actuaba con su compañía. El cine también lo apasionaba desde niño; incluso ya adulto aprovechaba, estando de gira, para ver nuevas películas en el extranjero. Agreguemos la música y la lectura, siempre estaba con un libro debajo del brazo.

«Le interesaba tanto el mar, que se sacó su carné de patrón de barco, y estudiaba riguroso la cartografía, las tablas astronómicas y el funcionamiento de todos los aparatos. Tenía curiosidad por saber cómo se usaban las cosas y para qué servían. Como ser humano y artista era insobornable, ético y generoso».

–¿Cuán revolucionario fue?

–En el plano político, un hombre comunista y antimperialista que luchó contra todo fascismo, sea en su España dominada por el franquismo, durante la época cuando se debatían las instalaciones de bases militares de la siniestra otan, y en países de América Latina donde reinaba la barbarie. Era un hombre comprometido con las causas justas y un hombre de acción.

–¿Cuánto significó la Revolución Cubana para él?

–Es una historia de amor, signada por grandes amistades, así como por su relación con el Ballet Nacional de Cuba, las puestas en escena de sus obras y coreografías junto a su compañía, o las osadas travesías en su barco Luar 040 cruzando el Atlántico desde su España natal hasta el puerto de La Habana.

«Encontró en la tierra de Martí los sueños y enseñanzas que le había inculcado su padre Vicente Esteve, El Ventana: un lugar donde no existiera la explotación del hombre por el hombre y la dignidad y la ética fueran valores insobornables de la condición humana. Sostenía que “Cuba no es una aventura, es el puerto de mi vida”.

«Su última decisión fue una declaración de principios, pidió que sus cenizas estuvieran en la isla rebelde, lo que se cumplió».

–¿Qué tiene para comunicarnos la vida y el arte de Gades en el presente?

–Fue un artista revolucionario en todos los sentidos. En el plano artístico sus cuatro obras principales y coreografías son su testamento artístico y político, en las cuales la libertad y la rebeldía son ejes fundamentales de la vida humana.

«Por ejemplo, el Don Juan, tragicomedia de Molière en la que el personaje cuestionaba los dogmas religiosos e hipócritas de la nobleza, Gades la adaptó con libreto de Alfredo Mañas, con un concepto marxista de transformación social para mejorar las condiciones de vida de las clases populares ante la opresión de los sectores de poder.

«También fue un vanguardista en hacer convivir en armonía el baile flamenco y la danza clásica. Soñador rebelde, sigue interpelando con su ejemplo artístico y político, y su búsqueda permanente de lograr la belleza del arte y la libertad de los oprimidos». (Tomado de Radio Cadena Agramonte)