National Geographic, 30 dic.- Si alguien nos pregunta que clasifiquemos a un tigre o un león, la gran mayoría de nosotros diremos que son felinos. Sin embargo, desde un punto de vista estrictamente científico no lo son. En lugar de felinos, deberían catalogarse como félidos, que, de hecho, es la familia de mamíferos carnívoros a la que pertenece, que se diferencia principalmente por la forma del cráneo, su cuerpo musculoso con extremidades flexibles y por el hecho de tener garras retráctiles que ocultan dentro de una especie de vaina, lo que les permite, entre otros aspectos, desgastarse menos que otras especies.
Entonces, ¿por qué los llamamos felinos? Se debe a la subfamilia a la que pertenecen (Felinae) que incluye a otras especies como el leopardo, el caracal o el gato doméstico. A diferencia de la otra subfamilia, la de los panterinos (Pantherinae), son esbeltos y ágiles, aunque no tienen capacidad de rugir, como sí hacen los leones, los tigres o los leopardos. (Tomado de Radio Cadena Agramonte)