[:es]José Martí y la guerra necesaria[:]
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A finales de 1894 José Martí puso en ejecución un plan secreto para invadir a Cuba por varios puntos. Con los fondos del Partido Revolucionario Cubano (PRC), el fundador de esta organización política y patriótica, adquirió armas que serían traídas a la Isla por grupos de expedicionarios, quienes se embarcarían por el puerto estadounidense de La Fernandina enclavado en La Florida.
La información llegó a los oídos de las autoridades norteamericanas, fracasando el objetivo. Fue un duro golpe para los patriotas cubanos dentro y fuera del exilio, también para el apóstol.
Esto, por supuesto, no amilanó al más universal de los hijos de esta Isla. Con tesonera labor preparó un nuevo intento de alzamiento para extirpar la metrópolis española a filo de machete y pólvora.
A inicios de febrero de 1895, Juan Gualberto Gómez, representante del PRC en el archipiélago, recibió la orden de Martí autorizando el reinicio de la lucha en la manigua en la segunda quincena de ese mes, no antes.
Siguiendo al pie de la letra estas instrucciones, el día 24 de febrero, fecha acordada por los máximos jefes, se reanuda un nuevo período de la guerra, que el héroe de Dos Ríos calificó de necesaria.
Los alzamientos se produjeron en Matanzas y Oriente, en esta última zona el movimiento revolucionario cobró mayor fuerza y masividad. Sin embargo en otros lugares del estrecho y largo “caimán” no se recibió la orientación. Sus organizadores debían esperar a que las hostilidades estallaran en la región centro oriental.
En La Habana los dirigentes del movimiento fueron apresados. En Las Villas y Camagüey los líderes decidieron esperar por las órdenes directas de Máximo Gómez.
A pesar de los desiguales resultados de los alzamientos, el 24 de febrero de 1895 los machetes se volvieron a elevar por Cuba libre, esta que hace medio siglo se continúa independiente y soberana para todos los tiempos como lo quiso José Martí, el maestro de Fidel.[:]