Los cambios que vendrán
Al principio, el software era libre —o al menos eso dicen de los años sesenta—Quienes podían adquirirlos entonces, podían también modificarlo y llevar a otros sus propias innovaciones. El ímpetu comercial vendría después: gigantes como IBM y Microsoft impulsarían el negocio de privatizarlo.
Sistemas operativos surgidos luego —GNU/Linux, entre ellos— y aplicaciones que competían con lo mejor del software privativo, hicieron que las empresas del sector no pudieran, de ninguna manera, permanecer indiferentes. Lejos del control de las grandes transnacionales, la posibilidad de transformar, mejorar y adaptar los programas a necesidades específicas, sellaron la popularidad del software libre.
Desde principios de esta década, Cuba sigue una estrategia liderada por el Ministerio de la Informática y las Comunicaciones para lograr la migración nacional hacia esta variante. Nova, una distribución cubana de Sistema Operativo basada en GNU/Linux, es hoy una realidad que apunta a la verdadera independencia tecnológica. Cambios continuos le han alcanzado desde su lanzamiento en Informática 2009. Corregir errores y aumentar el rendimiento son desafíos constantes de quienes lo crearon y desarrollan.
MÁS RÁPIDA, CONFIABLE Y ROBUSTA
Nova ya era noticia en febrero del 2009. Unos 3 000 DVDs con la distribución corrieron de mano en mano. Amigos de todas partes enviaban sugerencias y alertaban sobre posibles errores.
"La Feria de Informática fue un hito de madurez. Tuvimos 10 000 visitas al sitio en una semana, nos colocamos en un lugar respetable dentro del ranking de popularidad del observatorio Distrowatch (una web que facilita la comparación de las distribuciones), en apenas tres meses", afirma Ángel Goñi, líder del proyecto.
Para Allan Pierra Fuentes, jefe del polo productivo de Software Libre de la UCI, luego de salir y tener un gran grupo de usuarios probándola, se ha crecido enormemente en cuanto a visión y han surgido otras necesidades.
Comenzó así la reestructuración del proyecto. Ahora la línea base entrega una arquitectura para tres grandes productos. Nova-Escritorio, uno de ellos, permite realizar trabajos de oficina y provee un sistema cómodo que minimiza los efectos del cambio para quienes acostumbran a emplear Windows. Estaría destinado al hogar, a los centros laborales y a las escuelas.
Otro producto (Nova-Servidor) ofrece un sistema operativo para servicios de correo electrónico, Internet, aplicaciones web o bases de datos. Mientras, Nova-Dispositivos Embebidos se dedica a las tecnologías alternativas a la PC: computadoras sin disco duro, celulares, equipos médicos…
Por el camino surgieron alianzas imprescindibles; una de ellas con la industria nacional del hardware, específicamente la división de COPEXTEL encargada de importar las computadoras y ensamblarlas. Las máquinas que lleguen a las escuelas o a cualquier empresa podrían tener instalados, de antemano, Windows y Nova, de tal manera que el usuario escoja con cuál trabajar. Esto, por supuesto, tiene riesgos: muchos son reacios al cambio, de ahí que se realice paulatina y planificadamente.
Según el equipo, la nueva versión de Nova garantizará que mayor cantidad de dispositivos —desde un mouse hasta una impresora— puedan asociarse a ella. "Será mucho más funcional y, arquitectónicamente, se espera que resulte más rápida, confiable y robusta".
UN CORCHO EN EL MAR
"Hasta ahora Nova tiene como fortaleza un rendimiento muy rápido. ¿En qué aspecto está un poquito por detrás de los más conocidos sistemas operativos basados en Linux? En la experiencia. Los más populares tienen generalmente entre cinco, ocho o diez años de cara a un público, con un conjunto de usuarios enorme y grandes recursos. Nova tiene que ajustar su modelo para acercarlo al trabajo y al desarrollo en comunidad", indica Goñi.
También existen dificultades con el hardware. El sistema se prueba sobre las computadoras de la UCI, que no siempre representan la diversidad que tiene el país. Con Guano, una plataforma destinada a máquinas de bajas prestaciones que saldrá próximamente en la versión de Escritorio, "esperamos reutilizar computadoras incluso por debajo de los 128 megabytes de RAM. Nos hemos encontrado algunas con mucho menos todavía y que conviven con Windows 98. Queremos llevarles el software actualizado".
Más de 1 000 distribuciones en el mundo se basan en Linux. Nova es una de ellas, y aunque ha conseguido sortear algunos obstáculos difíciles, sus desarrolladores ven en ello, sobre todo, un compromiso. "No podemos permitir que la próxima versión sea menos que la distribuida hasta ahora", dice Goñi.
Para Pierra, todo está muy claro: debemos "ser un corcho en el mar. Que existan los demás proyectos de software libre en el mundo y, aun así, nosotros mantengamos el nuestro a flote".
(Tomado de Granma)