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Por una Universidad socialmente responsable

Por una Universidad socialmente responsableA partir de este 10 de febrero Cuba acoge otra vez el evento internacional Universidad, en el que se dan cita educadores de las más diversas regiones para discutir sobre la realidad y los desafíos de la educación en el mundo.

Como de costumbre, la enseñanza superior constituye el principal catalizador. Bajo la consigna: Por una Universidad socialmente responsable, los debates girarán en torno al desempeño de estos centros en la formación de hombres instruidos y de bien.

Y es que la implicación económica y social de cualquier universidad del mundo es, más que todo, una necesidad, no solo por el ineludible vínculo teoría realidad que demanda el mismísimo conocimiento, sino porque es inaudito vivir de espaldas al desarrollo lógico de nuestro entorno, máxime en los espacios desde donde se genera y se (re)construye la sociedad.

Sin embargo, en algunos lugares, escuchar hablar de socialización y aplicabilidad de las investigaciones científicas, del inminente vínculo entre escuela y empresas empleadoras, y de la formación de profesionales a tono con las demandas reales de fuerza laboral; es una especie de hándicap.

En Cuba, por su parte, todas esas políticas han constituido principios de la educación superior por mucho tiempo, solo que su cumplimiento se ha descuidado sobremanera, y lo poco que se hace en ese sentido no trasciende las fronteras universitarias, o al menos, no logra visualizarse más allá.

Es así que el engavetamiento de muchas de las investigaciones que se gestan en las universidades prevalece como el más crítico de los padecimientos; si se tiene en cuenta que mientras en el resto del mundo las instituciones pagan por ese servicio, en Cuba cada año se producen cientos de pesquisas totalmente libres de costo, y con un valor científico incuestionable.

La seriedad, la responsabilidad y la ética, son principios básicos de la educación cubana y de su producción científica, que si bien es reconocida nacional e internacionalmente, demandan una mayor explotación en beneficio de la sociedad misma.

De lo que se trata es de apostar por aprovechar al máximo, y de una vez y por todas, cada una de las posibilidades que ofrece la universidad como centro gestor del conocimiento, y por ende del desarrollo científico técnico, para lo cual es clave el vínculo universidades-instituciones sociales.

No por gusto, como parte del actual proceso de reestructuración económica y social que envuelve a Cuba hace ya tres años, ha habido un llamado a fortalecer el impacto de la universidad en la vida socioeconómica del país.

En medio de esa realidad, llega Universidad 2014, una oportunidad para analizarnos por dentro, extender nuestras experiencias al mundo, conocer la realidad de otros y aportar al empeño universal de hacer de las universidades espacios socialmente responsables.

Por Arailaisy Rosabal García/ Colaboradora de Radio Cadena Agramonte.