Accidente nuclear en Japón hace temblar a EE.UU.

Accidente nuclear en Japón hace temblar a EE.UU.Nueva York.- Mientras Japón sigue luchando contra una amenaza nuclear, legisladores, activistas y representantes de la industria atómica en Estados Unidos debaten sobre el futuro de su propio país.

La polémica se centra en la capacidad de Washington para enfrentar una eventual crisis similar a la que vive la oriental ciudad japonesa de Fukushima, luego del tsunami del viernes pasado.

Existen 104 reactores nucleares en todo Estados Unidos, 35 de los cuales utilizan sistemas similares a los afectados en Japón. Legisladores como Edward Markey, del gobernante Partido Demócrata, cuestionan hoy su seguridad.

En una carta a la Comisión Regulatoria Nuclear (NRC), por sus siglos en ingles, con fecha del 11 de marzo, Markey expresó preocupación por la capacidad de resistencia de las centrales nucleares del país, varias de las cuales están sobre o cerca de fallas geológicas.

De especial preocupación, señaló, es un diseño del reactor fabricado por Westinghouse y actualmente en revisión por la NRC, que ha fallado ante las pruebas de impactos sísmicos.

Según Markey, un alto ingeniero en de NRC aseguró que la estructura contenedora interna del reactor AP1000 era tan frágil "que podría destrozarse como un vaso de vidrio" ante la presión generada por un terremoto.

El congresista también expresó preocupación por la capacidad de Washington para responder a un desastre, luego de recientes revelaciones de que la Agencia de Protección Ambiental, la NRC y la Agencia Federal de Administración de Emergencias no lograron acordar cuál lideraría los esfuerzos en caso de ocurrir algo similar a lo de Japón.

Markey solicitó una investigación completa sobre las regulaciones de seguridad a la luz de los acontecimientos en el complejo atómico japonés de Fukushima, donde se teme una gran fuga de radiactividad.

El gobierno japonés minimizó la amenaza, a pesar de que solicitó urgente asistencia de la NRC y de la Agencia Internacional de Energía Atómica.

Por su parte, la administración de Barack Obama insistió en que las centrales atómicas de Estados Unidos eran seguras, y rechazó los llamados a una moratoria de los planes de desarrollo nuclear. El independiente Instituto de Energía Nuclear también intentó frenar los temores. En una declaración en su sitio web, señaló que era demasiado "prematuro" trazar paralelos entre los programas nucleares de Japón y de Estados Unidos.

"Mientras no entendamos claramente lo que ha ocurrido en las centrales nucleares de Fukushima y sus consecuencias, es difícil especular sobre el impacto a largo plazo en el programa de energía nuclear de Estados Unidos", añadió.

Sin embargo, Linda Gunter, del grupo Beyond Nuclear, llamó a una mayor transparencia del gobierno de Japón y de las autoridades del sector atómico.

Gunter dijo que el derretimiento parcial de los reactores de Fukushima debía servir de llamado de alerta a aquellos que defienden el uso de la energía atómica.

"Aun dejando de lado el tema de la seguridad, que obviamente está en el tapete ahora por lo que ocurre en Japón, y si se busca una solución al cambio climático, la energía atómica cuesta mucho tiempo en concretarce, los reactores toman años en entrar en funcionamiento y son muy caros", señaló.

"La mayor parte del costo recae en los contribuyentes de Estados Unidos. Entonces, ¿para qué seguir ese camino?", añadió.

Además, "la confiabilidad de la energía nuclear es prácticamente nula en una emergencia, cuando tienes esta confluencia de desastres naturales", indicó.

"Indudablemente, el desastre (en Japón) generará renovadas demandas para que la industria nuclear y sus reguladores sean más transparentes. Las mismas demandas deben extenderse a los responsables de las armas atómicas en los nueve países que las poseen", dijo.
(Por: Andrea Lunt/ Fragmentos tomados de IPS)