Cría artificial de terneros ayuda a reducir importaciones

Cría artificial de terneros ayuda a reducir importacionesCamagüey, 11 feb. – La cría artificial de terneros, tecnología por afianzarse en la ganadería lechera de Cuba, puede evitar al país la compra anual de mil 700 toneladas de leche en polvo para la distribución del alimento a quienes lo reciben normado.
  
Según los precios actuales en el mercado mundial del nutriente concentrado, implicaría para la Isla un ahorro superior a los seis millones de dólares, si esta variante fuera dominante en la rama pecuaria.
  
Santiago Pérez Castellanos, jefe del Departamento Agroalimentario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, señaló en un análisis de la rama pecuaria en la provincia de Camagüey, que esa práctica contribuye a la salud y fortaleza de los animales en su desarrollo inicial, entre otras ventajas.
  
En lo fundamental, esta tecnología consiste en que los terneros permanecen con la madre los ocho primeros días de vida, consumiendo el calostro (primera leche de la vaca después de parir) y luego son separados definitivamente y las crías se alimentan de un sustituto lácteo importado, hasta los 90 días.
  
También mencionó como beneficio de la experiencia el acortamiento en aparecer el celo en las vacas.
  
Camagüey, la cual logra el 28 por ciento de la leche vacuna de Cuba, tiene en este momento siete mil 100 terneros en esta forma de alimentación, cantidad inferior a la prevista.
  
Minerva Aguiar, presidenta de la Cooperativa de Créditos y Servicios Evelio Rodríguez, dijo a la AIN que muchos campesinos prefieren seguir con el método tradicional, de mantener el ternero con la madre que lo alimenta hasta el destete.
  
En su entidad, 12 ganaderos realizan la cría artificial y 11 más se sumarán en las próximas semanas.
  
El problema está cuando falla el suministro del sustituto lácteo y los terneros pueden perder peso y morir, si no se ponen a las madres a alimentarlos nuevamente, comentó.
  
Consideró que los ganaderos temen correr ese riesgo, el cual pondría en peligro la vida de las crías y por tanto el reemplazo en la producción lechera o de carne y el crecimiento de la masa vacuna.
  
Para que esta experiencia brinde el resultado esperado, como lo señala la práctica en otros países, tiene que aplicarse estrictamente, con la mayor cantidad posible de vacas y sin retroceso en su desarrollo.
  
Con esta tecnología, cada animal en el ordeño puede aportar por encima del rendimiento medio de uno y medio a tres litros diariamente. (AIN)