Ernesto Guevara: Un hombre de todos los tiempos

Con su estampa de legendario guerrillero, boina negra y refulgente estrella, un Che de calado profundo en el corazón habita hoy en distintas geografías de Cuba y Latinoamérica, donde sembró su huella indeleble para la posteridad.

El Guerrillero Heroico es ese inquieto argentino que, cual fiel paladín del destino de sus semejantes, se arrojó siendo apenas un adolescente a descubrir los paisajes e infortunios de su tierra americana.

Su espíritu de "galán rebelde" a toda prueba, lo condujo a enrolarse como expedicionario del yate Granma y a convertirse en el inolvidable Comandante de la Sierra Maestra y de la Invasión a Las Villas.

Ferviente seguidor del pensamiento marxista-leninista, incansable y ejemplar promotor del trabajo voluntario, el Che hizo resonar la voz de Cuba en varios escenarios internacionales.

Maestro del arte de la lucha guerrillera, sintió arder en su mejilla la voracidad insaciable el Imperialismo sobre los oprimidos y explotados, a cuya redención consagró su existencia, renunciando a cualquier tipo de beneficio personal.

Su vocación internacionalista y latinoamericanista, unido a su ética, austeridad, sentido del colectivismo, sensibilidad humana, lealtad, modestia, tenacidad y naturalidad, lo llevaron a granjearse la simpatía y el cariño de las personas.

A casi cinco décadas de su caída en las selvas bolivianas, los terroristas confesos que lo asesinaron jamás imaginaron que un hombre de carne y hueso, de solo 39 años de edad, pudiera multiplicarse tantas veces para renacer en cientos de banderas de reivindicación de la justicia social.

Del Che jamás se podrá hablar en pasado, pues él, con su espíritu de eterno nacedor insistirá en regresar, convertido en poema, silencio, sueño o canción, para continuar defendiendo las causas justas e impulsarnos con la fuerza de un eco universal: ¡Hasta la victoria siempre! (Foto: Archivo)