Tabaquismo: lo importante es no empezar (+ Fotos)

Conocí a una joven santacruceña, muy amable y risueña, llena de brillo en la mirada, con muchos sueños por cumplir. Hace ya algún tiempo se graduó de técnico medio en gastronomía. Cumplió otro de sus ansiados objetivos, ser útil a la sociedad, ofreciéndo al cliente un trato correcto y un servicio óptimo.

No voy a referirme al oficio que desempeña, pues lo hace muy bien, el objetivo de este artículo es otro, dedicarle este trabajo al Día Mundial contra el Tabaquismo.

Sailí Carrió Naranjo ofrece un saludo cordial, mientras en uno de sus dedos cuelga, regio, un cigarrillo. Iba rumbo a la faena, tan temprano, que nos dio tiempo a conversar, sin afectar ni un minuto la sagrada jornada laboral.

La interrogante dio en el centro de la diana y no se molestó, al contrario quedó abierta al diálogo. “Tenía unos 12 años cuando comencé a pedirle a mi papá, de favor, encenderle el cigarrillo. Más adelante cuando estuve becada empezó el embullo, una cachadita a escondida de los profesores, y el “dale que eso no hace nada”, por parte de varios compañeros de estudios, quienes se escondían los cigarrillos en los laterales de las medias”.

En incremento ha ido el negativo hábito: “Tanto como para prenderle fuego a unos 20 cigarrillos diarios, todo el contenido del envase”. Queda envuelta en esa atmósfera azuloza que le penetra hasta los pulmones. “Estoy convencida de este nocivo apego. He estado decidida a dejar de fumar, pero no lo consigo. Mi mamá y mucha gente me ha pedido ponerle fin a esto… no tengo voluntad.”.

¿Qué dice tu esposo?

– “Él no se opone, al contrario me compra la cajetilla de cigarro. Aunque a veces trato de no fumar cerca de él”.

¿No has pensado en las consecuencias de estar quemando tu salud todos los días con tan solo 21 años?

– “Lo sé, incluso presento problemas en la glándula tiroidea, por lo que tengo tratamiento. A este asunto no tengo por qué darle tantas vueltas. He ido meditando mucho al respecto… no le prometo nada, lo voy a intentar, cuando lo decida será definitivo”.

Nunca levantaré los brazos para quitarle el derecho de fumar a quienes han decidido hacerlo, respeto por principio su decisión. Pedirles tan solo proteger la convivencia, para no afectar a familiares, ni a persona alguna, que no se hayan puesto nunca un cigarrillo en la boca. El derecho de cada ciudadano termina donde comienza el del semejante. (Radio Santa Cruz)