Esa observación en Pinar del Río debe fijar las pupilas en el cultivo del café, donde el plan de desarrollo hasta 2030 proyecta un crecimiento notable de esas plantaciones para sustituir exportaciones y satisfacer las demandas internas.

La provincia más occidental acumulaba un patrimonio de más de 600 hectáreas de café, entre las variedades arábigo y robusta, las cuales han visto mermar considerablemente sus rendimientos por falta de recursos y deficiente atención.

Toca a los cafetaleros pinareños rescatar sus plantaciones, mediante un movimiento que retribuya salarialmente a hombres y mujeres sin soslayar los estímulos morales. (Tomado de Radio Reloj)