Tan Pura como su sobrenombre fue labor de santacruceña en la Campaña de Alfabetización
Santa Cruz del Sur, 5 dic.- La pureza humana de la entrevistada la vaticinó una tía suya al verla en los brazos de la madre, a pocas horas de nacida. ¨Por eso aunque me nombro Fidelina Andrea Torres Pérez, desde chiquita me apodaron Pura. Muy pocos en Santa Cruz del Sur, saben mi verdadero nombre¨, reseñó campechana la lugareña.
A prueba puso la situación histórica del momento la integridad de la adolescente. Compañeros encargados de la dirección del Comité de Defensa de la Revolución (CDR), de uno de los barrios de la vecindad de La Playa en la que vivió, la visitaron sin previo aviso.
¨Ellos, evocó, les preguntaron a mis padres si aceptaban que yo participara en la Campaña de Alfabetización. Asentí con la cabeza antes de escuchar la respuesta definitiva de los viejos. Rápido preparé la maleta. En un abrir y cerrar de ojos ya estaba montada en un ómnibus rumbo a Varadero, en la provincia de Matanzas¨.
En varios inmuebles fueron albergados cientos de jóvenes de ambos sexos de distintos lugares de la Isla. ¨La disciplina era rigurosa. Cada grupo tenía un jefe de mayor edad. Los profesores nos enseñaron a utilizar la cuartilla y el manual para erradicar el analfabetismo en todos los pueblos de Cuba en los que hubiera personas sin saber leer ni escribir¨.
La moza de 13 años fue enviada a cumplir la tarea indicada por Fidel a las zonas de Yegua Uno y Yegua Dos, en áreas de la comunidad rural La Caobita, alejada más de 10 kilómetros de la cabecera municipal.
¨Aprendí a soportar las guasasas y atravesar los fangueros sin desaliento para desempeñar el quehacer educador cada noche, apoyándome en la luz del farol asignado. De esa manera alfabeticé a cuatro hombres adultos, quienes luego de trajinar en el campo acudían a la morada convertida en escuela¨, refirió conmovedora.
A Ernestina Quiñones Montes de Oca y al esposo conocido por Nené se les encomendó atender a Pura. ¨Fueron muy atentos conmigo. En numerosas ocasiones, agregó, vinieron a visitarme. Todavía me parece estarlos viendo. Ambos están en mi recuerdo¨.
Nunca imaginó la lugareña sería maestra a tan corta edad. ¨El Comandante en Jefe requería de la presencia de la juventud para ejecutar la cruzada alfabetizadora. ¡No le fallamos! Con los jóvenes, aseguró, en cualquier circunstancia se puede contar¨.