Al sur

Servicio de enfermería es de excelencia en Santa Cruz del Sur

La pasión se convierte en bálsamo del corazón, al ser el deber un ejercicio del alma puesto al servicio de la enfermería. Son pruebas visibles, otra forma del valor humano devenido en brazo colosal, éxito legítimo de la recompensa a la entrega sin límites por el bienestar del paciente.

 

Fecunda es esta labor, capaz de penetrar en el espíritu existencial de los que no tienen fijado un tiempo establecido y al pie del quehacer ofrecen asistencia a los que lo demandan. Es un volver constante al aquejado, como soldados leales comprometidos en no deponer su misión.

 

Es la persona enferma el objetivo superior que necesita  sentir cuidado, sentimientos transmitidos a través del trato agradable y la inteligencia, dirigidos en  colocar el mejor remedio: amor al prójimo.

 

“Mi interés inicial fue estudiar técnico medio en Rayos X. Debido a la pequeña estatura que tenía en ese momento no me lo permitieron en la escuela… esa labor me perjudicaría la salud. Recomendaron  los directivos estudiara enfermería. Soy enfermero general y cursé diplomado en terapia intensiva”. El 25 de julio, informó Maikel Campbell Téllez, cumplirá 30 años en esta faena, “desde la cual ayudamos a curar y salvar vidas”.

 

El notable desarrollo científico en esta profesión, se vincula a la aplicación práctica derivada de los propios descubrimientos de la ciencia cubana y mundial. Conjunto de conocimientos no empleado como medio  lucrativo en Cuba, su fin es beneplácito personal y colectivo.

 

Niudisbel González Acosta, es enfermera en la especialidad pediátrica. “Soy muy apasionada por los niños… son mi predilección. Yo digo que el cariño bien entregado satisface al paciente y a la familia. Toda inyección es dolorosa, sin embargo si damos el pinchazo diciendo los mimos consoladores, el infante llora menos”.

 

La enfermera o el enfermero mantienen una conducta irreprochable, esto también los prestigia. Se complacen en lo intenso de la honradez al aliviar malestares.

 

En el campo asistencial la enfermería cubana acomete tareas esenciales en la APS (Asistencia Primaria de Salud) y en los análisis de la situación de salud: investigaciones clínicas, epidemiológicas y sociales más importantes, cuyo propósito es diagnosticar a tiempo el estado de la población a su cargo, identificar posibles soluciones, coordinar las estrategias de intervención adecuadas y promover, desde el inicio de cada proceso, la participación activa de la comunidad involucrada.

 

 

 

 

 

Marisela  Fernández Rosabal y María Luisa López Bermúdez, dicen estar apegadas al comentado trabajo como el “chichí”. Ambas acumulan ya décadas en esta tarea donde no existen los días feriados y sí excesiva consagración. La primera en la Pediatría, la otra arraigada a la Neonatología.

 

“Somos las segundas madres de los crios que ingresan o que nacen en el hospital municipal José E. Santiesteban Báez”, precisa Fernández. Mientras que la López comenta sobre el cumplimiento de las orientaciones médicas al pie de la letra en cada pase de visita. “Aquí prevalece la puntualidad como regla de oro”.

 

Son pruebas que alborozan la inmensidad de la razón, donde la humanidad es aire limpio para  los cuerpos enfermos. En ese espacio dedicado a levantar los espíritus se acrecienta la esperanza, ineludible fundamento de la integridad.