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Pobladores de Santa Cruz del Sur protegen animales como a un familiar

Santa Cruz del Sur, 10 may.- Como a un familiar más alguno pobladores santacruceños protegen sus animales y mascotas. La sensibilidad expuesta por los dueños de los irracionales seres reafirma el desvelo de éstos por demostrarles amor, alimentarlos y ampararlos de cualquier intento de maltrato por alguna persona inescrupulosa.

Brián Samuel Sánchez Naranjo vive al final de la calle Revolución, área cercana a playaso. Desde hace dos meses tiene una pequeña iguana que nombró Luna.”Los anteriores dueños la maltrataban. Como no la querían me la regalaron. Nunca la voy a abandonar ni hacerla sentir mal”, puntualizó.

“Dos veces me ha mordido pero la regaño en voz baja, la beso y la acaricio. Ella sabe que la quiero mucho. La alimento con yuca, pescado, arroz cocinado y frutas. Si algún día Luna se quiere ir a vivir al playaso no se lo impediré. La libertad y la felicidad no se le niega tampoco a los animales”, comentó el joven Brián Samuel, estudiante de séptimo grado de la escuela secundaria básica Camilo Cienfuegos.

La jubilada de la Dirección Municipal de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER), Lourdes Calaña Pérez tiene una perrita de la raza pequinés.”Me la regalaron con problemas en uno de sus ojitos. Con un tratamiento orientado por el veterinario Willian Lobo ha mejorado bastante. Es una mascota consentida y malcriada”, señaló.

La lugareña tiene a su cargo al bebé Dinki.”Es un gatico siamés. Al nacer quedó huérfano de madre. Mi otra perra La Pepa lo alimentó como si fuera su hijo. La solidaridad entre los animales es impresionante. Me conmueve. Todos en mi casa se ocupan de los animales con mucha pasión”, refirió.

Leonel Ramírez Fané conduce un coche de tracción animal tirado por una yegua mora. “Se llama Maruja. Si fundamental es dejarla comer y que descanse, de igual manera es imprescindible bañarla, peinarla y expresarle, mirándola a sus grandes ojos, cuanto se le quiere. Eso le da seguridad y rinde más en el trabajo”, declaró.

Los animales domesticados y salvajes requieren ser protegidos en todo el planeta tierra. Su conservación es tan vital como la flora. La naturaleza sin su existencia estaría incompleta. No existiría bienestar espiritual en los humanos. Si a esos seres irracionales los convertimos en mascotas somos responsables de su desarrollo y salud.