CITMA, un ministerio de arraigada tradiciones
La Habana, 24 abr.- El surgimiento el 21 de abril de 1994 del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), bajo la guía de la doctora Rosa Elena Simeón Negrín, dio continuidad a las arraigadas tradiciones que fomentaron las primeras y auténticas instituciones de investigación científica de la nación.
Un proceso de ese tipo comenzó en el siglo XIX, con la fundación, en Cuba, de la primera Academia de Ciencias fuera del continente europeo, de acuerdo con especialistas del sector que rememoraron la efeméride de su aniversario 29. .
En la práctica, el CITMA conformó una estructura que abarca desde las ciencias en todas sus facetas, hasta las tecnologías y el medioambiente y, posteriormente, un componente que no puede faltar en la vida moderna: la innovación.
Sobresalen entre sus funciones específicas la de proponer las políticas científicas, tecnológica y de innovación, en correspondencia con el desarrollo económico y social del país, con sus objetivos, prioridades, líneas y programas correspondientes.
Solo en los últimos 20 años, experimentó transformaciones en su organización, entre ellas en 2002, con la creación del Fondo Financiero de Ciencia e Innovación (FONCI), un instrumento financiero para proyectos de ciencia, tecnología e innovación.
El FONCI lo dirige una junta multisectorial, presidida por el CITMA e integrada por los ministerios de Finanzas y Precios, Economía y Planificación, Comercio Exterior e Inversión Extranjera y el Banco Central de Cuba.
A su vez, en el área de Ciencia, Tecnología e Innovación, el organismo es rector del Macroprograma de ese mismo nombre que tiene programas nacionales como Institucionalidad, organización y efectividad del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e innovación.
Incluye la Estrategia integral de desarrollo tecnológico, con planes nacionales, actividades y estructuras dinamizadoras y base tecnológica en las universidades.
También el programa Implementación de la Estrategia Ambiental Nacional y Enfrentamiento al cambio climático y reducción del riesgo de desastres, con sus respectivos proyectos asociados, planes y plataformas, en permanente actualización y seguimiento.
Entre sus realizaciones más actuales se encuentran el Observatorio Científico, Tecnológico y de Innovación (OCTI), que constituye una herramienta que aporta información para el seguimiento, el diseño o la reformulación de las políticas y los programas dirigidos al desarrollo científico, tecnológico y de innovación en Cuba.
(Tomado de Agencia Cubana de Noticias)
