Al sur

Bombardeo mercenario a aeropuertos cubanos, preludio de una invasión

Santa Cruz del Sur, 15 abr.- Para los que de una manera física conocen el sentimiento de estar bajo un bombardeo, es menester  transportarse en la memoria de aquellos dramáticos días de la epopeya de Playa Girón, específicamente el 15 de abril de 1961, cuando aviones camuflados con las insignias de la Fuerza Aérea Cubana, atacaron cobardemente los aeropuertos de San Antonio de los Baños, en La Habana, y Antonio Maceo, en Santiago de Cuba.

!Cuanta, sorpresa, desespero, incertidumbre, miedo en esos primeros instantes!, donde el ser humano se mueve por instinto, y solo el entrenamiento y la disciplina, lo hacen reaccionar eficientemente y orientarse, detectar la dirección de la agresión, y actuar en consecuencia.

Así debieron ser aquellos épicos momentos en los aeropuertos de Santiago de Cuba y La Habana, cuando se vieron de pronto convertidos, de un apacible y cotidiano día, en un infierno de explosiones y metralla, de humo y pólvora, de polvo asfixiante que aprieta la garganta, del peligro de perecer bajo los escombros de los edificios al derrumbarse o alcanzados por los fragmentos de las bombas.

Aquellos heroicos cubanos casi desarmados, enfrentaron la agresión con el poco e ineficaz armamento para tal ataque, y supieron responder con valor y decisión ante la artera agresión.

Sería el joven Eduardo García Delgado, quien escribiría aún en la agonía de la inminente muerte, el nombre del líder de la Revolución Cubana: Fidel, como un eterno mensaje de fidelidad al Comandante en Jefe y al pueblo, no dejar que los agresores ni el imperialismo mancille el suelo patrio, aun al precio de verter la sangre, de nunca claudicar.

Hoy los cubanos de bien, los que siguen el legado de los héroes y nuestros mártires, es deber sagrado honrar la memoria de quienes, aun en medio de la incertidumbre, del desespero, del miedo, supieron enfrentarse al enemigo y dar la vida por un país que se construye día a día, con esfuerzo, sacrificio, con valor, para legar a las nuevas y futuras generaciones, un país mejor, pero sobre todo libre y soberano. (Imágenes tomadas de Internet)