Las fuentes energéticas alternativas marcan la ruta
Avanzar en el dominio y aprovechamiento de las fuentes alternativas de energía es la senda más prometedora y segura para el desarrollo humano sostenible.
Cuando se acerca el cinco de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, resulta válido recordar que la propia naturaleza ofrece las opciones más prometedoras.
Entre ellas destacan la fuerza del viento, los movimientos de las mareas, la energía proveniente del sol, la térmica atesorada en las entrañas de la tierra y la producida por las aguas interiores.
Cuba tiene un importante programa en esta esfera en correspondencia con sus recursos económicos, encaminado a lograr cada vez procesos productivos y de beneficio social ecológicamente limpios.
En este propósito resaltan, por citar dos ejemplos, la producción de electricidad a partir del viento y de los recursos hidráulicos que tienen potencial para aportar centenares de megaWatts al país.
La provincia de Holguín es buen exponente de lo que se puede hacer, expresado en el programa eólico del municipio de Gibara y la Pequeña Central Hidroeléctrica que se termina en el de Moa.
Estas alternativas forman parte de lo que se conoce internacionalmente como innovación verde, que es la creación y difusión de tecnologías dirigidas a disminuir los efectos del cambio climático.
Se trata de un asunto vital para evitar el agotamiento de los recursos del globo terráqueo, incluida la obtención de variedades agrícolas resistentes a sequías e inundaciones y el paso a técnicas libres de emisiones de dióxido de carbono.
La propia actividad a veces irracional del ser humano, especialmente en los últimos decenios de progreso tecnológico, es responsable de daños severos al planeta, incluida la contaminación del medio ambiente y el consumo desmedido de reservas minerales y biológicas.
Ellas son causa de fenómenos como el deshielo de los glaciares, el incremento de la desertificación y que millones de personas estén amenazadas de sufrir por falta de suficiente agua potable, entre otros problemas.
Estimular el despliegue de tecnologías y productos inocuos para el medio ambiente desde su concepción hasta el final de su empleo es prioritario para la vida armónica con el entorno.
El ser humano, en tanto causa, tiene el deber de encontrar las soluciones. El ingenio y sentido de supervivencia es la mayor esperanza. (Por Alexis Rojas Aguilera/Servicio Especial de la AIN)