Ostiones entre el mar y las montañas de Santiago de Cuba

Ostiones entre el mar y las montañas de Santiago de CubaAnte el calor sofocante y el sol ardiente habitual en la provincia de Santiago de Cuba, muchos pobladores disfrutan en sus calles de un rico coctel de ostiones, recolectados y procesados en la Ostionera El Masso, única cooperativa pesquera en este territorio oriental dedicada a ese renglón.

Ubicada en el litoral sur que bordea la Sierra Maestra, en el Consejo Popular Bahía Larga, en el municipio de Guamá, los 12 trabajadores de la unidad madrugan en esta ensenada donde se unen tres arroyos que dan paso a la alianza de agua dulce y salada, garantizando así el ambiente propicio para el cultivo de estos codiciados moluscos.

Con más de 30 años de funcionamiento, la Ostionera local cuenta con alrededor de dos mil 300 colectores y de manera ecológica amplía la reproducción de esta especie, empleando la madera del mangle para la construcción de los carriles de recogedores, fabricados sobre todo de alambres duraderos e hilos de pescar, para evitar la contaminación.

Gonzalo Quintana, con unos 16 años de experiencia en el cultivo de ostiones y jefe de la brigada, expresó que, además de preservar estos sembrados de la forma más natural posible, tienen la responsabilidad de velar por el cuidado de la fauna y flora que caracteriza a El Masso.

Allí habitan jutías, aves como el carpintero, guanabá, guariao, garzas y el zunzún, y también existe un variado ecosistema de peces, entre los que destacan la morena y los tamboriles que, a pesar de ser grandes depredadores de ostiones, enriquecen el entorno, precisó.

Quintana explicó que primeramente se ubican las líneas de fijación alrededor de la bahía y la colocación de colectores donde las larvas estarán tres meses, siempre manteniendo el tratamiento tradicional como la limpieza y eliminación de sedimentos para que puedan alimentarse y sobrevivir adecuadamente.

Actualmente contamos con un laboratorio que reúne las normas de calidad requeridas internacionalmente para realizar la extracción de estas sustanciosas pulpas, mientras que las estructuras sólidas se utilizan como alimento animal, una vez hechas polvo, dijo.

Perseverancia, paciencia, amor y esfuerzo son la clave del avance que muestra el pequeño colectivo de El Masso, que enfrenta a diario las adversidades climáticas, los períodos de sequía y la pérdida de las ostras, a causa de algunas especies marinas.

Ciento por ciento natural, sembrado, recolectado y procesado por esta cooperativa pesquera, este producto es de mucha aceptación en la población, que disfruta del sabroso ostión, alimento muy nutritivo y de reconocidas propiedades afrodisíacas, cultivado entre el mar y las montañas de Santiago de Cuba. (Por Roxana Moreno Castanedo, AIN)