Futuro de los paraguayos es incierto y triste

Futuro de los paraguayos es incierto y tristeHay hechos que para algunos pueblos marcan pautas en su derrotero histórico, por la trascendencia de los mismos, ya sea en beneficio o para desgracia. Y ejemplos son muchos, citamos solamente el 11 de septiembre de 1973 en Chile con el golpe militar pinochetista, el 28 de junio de 2009 con el golpe militar en Honduras, y ahora se presenta el golpe parlamentario en Paraguay.

De gran resonancia para la comunidad internacional y muy especialmente para los pueblos de Latinoamérica esta solapada traición a la constitucionalidad democrática de un país, como lo es la República del Paraguay, máxime cuando hoy las naciones americanas intentan unificar esfuerzos por alcanzar la soberanía económica y política bajo nuevo conceptos de unidad, integración, de no violencia, de la defensa de los derechos humanos y del hombre, de la supresión de los regímenes proimperialistas y de la extirpación en los pueblos de América de militares y ejércitos que toman el poder por la fuerza, sin respeto a la legalidad de una constitución.

Se ha estrenado por parte del Senado paraguayo una nueva forma de golpe a la democracia, a los derechos del Presidente de mantener las riendas del gobierno, hasta la culminación de su mandato. Una vez más se pone de manifiesto el deseo de algunas figuras, como el señor Federico Franco que desconociendo el poder de una Carta Magna, se pliega a sus ambiciones personales de poder, sin tener en cuenta que el papel de los ejecutivos del un gobierno son para servir al pueblo y a su Patria.

Según noticias de la agencia Prensa Latina, ya desde el año 2009, Franco, que se desempeñaba como vicepresidente del gobierno paraguayo, urdía sus planes de socavar la autoridad del presidente Fernando Lugo, aprovechando la mayoría de los representantes del ala conservadora y de la derecha de los miembros del Congreso, pactó con las coaliciones de los partidos Colorado y Liberal
Radical Auiténtico para llevar a juicio político al mandatario "por mal desempeño".

La situación entre Lugo y Franco, según notifica Prensa Latina, se agravó cuando el presidente, que además ostentaba el liderato del Mercado Común del Sur apoyó la entrada de Venezuela al MERCOSUR. Si analizamos detenidamente, las diferencias entre Lugo y Franco son evidentemente personales, matizadas por una coyuntura política favorable y apoyadas por la reacción derechista del Congreso, dominante principal de la cúpula administrativa de esa nación, que en la medida que se agravan las fricciones entre ambos dirigentes, toman partido a favor de un procedimiento ilegal y alevoso, haciéndole el juego e ese personaje que más que beneficios para el pueblo paraguayo, solo le ha traído, aún sin que hayan transcurrido ni setenta y dos horas, aislamiento y aprensión, porque a fin de cuentas, la exclusión del MERCOSUR de esa nación, la condena de los demás gobiernos a este nuevo zarpazo a la constitucionalidad en un país de América Latina, solo traerá más desgracias, más pobreza, más opresión al hermano pueblo paraguayo.

¿Pretende el señor Federico Franco sumir a los paraguayos en una nueva era de violación de las garantías constitucionales, como lo fue la tristemente célebre etapa del dictador Alfredo Stroessner?

Obviamente el futuro de los paraguayos es incierto y triste. Mucho más en este contexto histórico en que se vive hoy en Latinoamérica, cuando muchas de las naciones que sufrieron regímenes sangrientos como los de Argentina, Uruguay y Chile, que hoy se integran a la marcha por la unidad y soberanía de sus pueblos, con líderes que más que su gloria personal o ventaja política y personal, trabajan por el bien común de sus países, para contribuir con el bienestar y el mejoramiento de los pueblos latinoamericanos.

(Hugo Betancourt Mayoral/ Radio Santa Cruz)