Sentir asco es bueno

Sentir asco es bueno¿Te desagrada que te estornuden encima? ¿Detestas el olor a agua putrefacta o a calcetín sudado? ¿Te causan una aversión insoportable productos de tacto viscoso, las babosas o los gusanos? Sentir asco y repugnancia es bueno para la salud, puesto que ayuda a diversas especies, incluido el ser humano, a reconocer y prevenir enfermedades, según un estudio de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres difundido en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society B.

Gracias a la sensación de asco, desarrollamos un comportamiento higiénico que reduce nuestro contacto con patógenos que podrían causarnos enfermedades diarreicas, infecciones del tracto respiratorio, malaria, sarampión, tuberculosis y parásitos, entre otras. "Sin el asco, y las conductas higiénicas que este provoca, las enfermedades infecciosas causarían mucha más morbilidad y mortalidad tanto en nuestra especie como en todas las especies animales", explica Val Curtis, autora principal del estudio. Según Curtis, la simple medida de lavarse las manos con jabón es capaz de salvar un millón de vidas en un año.