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Siete mil millones de personas en la Tierra: desafíos y oportunidades

Siete mil millones de personas en la Tierra: desafíos y oportunidadesCon los nacimientos reportados en diferentes países del mundo este 31 de octubre, nuestro planeta alcanzó los 7 mil millones de habitantes, hecho sin precedentes en la historia de la humanidad y que representa mil millones de personas más que en 1999, según anunció el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

Aunque existen divergencias en torno a la nacionalidad del bebé considerado "siete mil millones", lo más significativo no resulta el lugar de origen ni la hora exacta de su nacimiento, sino los nuevos retos que entraña vivir en un mundo con este número de pobladores y la necesidad de rediseñar estrategias globales, en función de incrementar las condiciones elementales de vida de cada ser humano.

Como señala el Informe del Estado de la Población Mundial 2011, divulgado por el UNFPA y analizado desde la perspectiva de personas de nueve países (China, Egipto, Etiopía, Finlandia, India, México, Mozambique, Nigeria y Macedonia), "el hito de los 7 mil millones va acompañado de éxitos, reveses y paradojas". Y así es, sobre todo de estas últimas.

PARADOJAS QUE SE TRADUCEN EN RETOS

Aunque, como promedio, la tendencia actual de las mujeres evidencia una disminución en los partos en comparación con los reportados en los años 60, la cifra de habitantes continúa in crescendo. De igual modo, nunca antes se tuvo fe de tantos jóvenes y tantos ancianos como ahora. En este sentido, se registra un 50 % del total mundial con menos de 24 años, en tanto hay un 13 % que sobrepasa los 60.

Preocupante —más que paradójico— resulta también la existencia de altas tasas de fecundidad en algunos de los países más pobres, perturbando así el desarrollo y "alimentando" la pobreza; mientras que en naciones consideradas entre las más ricas, las bajas tasas de fecundidad y el déficit de personas que ingresan en el llamado mercado laboral, ponen en jaque "las perspectivas de crecimiento económico sostenido y la viabilidad de los sistemas de seguridad social", refiere el informe.

La búsqueda de empleo en otros países, de superación profesional y económica conlleva, en gran medida, a la emigración; por ejemplo, 214 millones de personas viven hoy fuera de su país natal. No en balde la migración, en sentido general, constituye —en el juicio de numerosos expertos— una de las cuestiones definitorias del actual siglo.

Asimismo, pese a ciertos avances en materia de reducción de la pobreza extrema, la brecha entre ricos y pobres se torna cada vez más visible —y lo peor— más encarnizada.

A esta situación se le incorpora otra agravante que demanda la urgencia de soluciones, más que de pretextos: el fenómeno de "extralimitación ecológica", el cual viene dando alarma roja desde 1970. Para tener una idea de su dimensión, la tierra necesita alrededor de 17 meses para regenerar lo que consumimos en un año. Sin embargo, los ritmos actuales de consumo superan los períodos de recuperación que requiere la naturaleza, en un mundo donde los 5 países más ricos consumen 66 veces más recursos que los 5 países más pobres.

Ante tales circunstancias, cabe preguntarse si la humanidad está en condiciones de asumir el presente crecimiento demográfico con semejantes disparidades. Lógicamente, no. Es preciso que varios de los 179 países firmantes del Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo —celebrada en 1994 en El Cairo, Egipto—desengaveten aún los acuerdos suscritos sobre la igualdad de géneros y oportunidades de acceso a la salud, entre otros temas de prioridad, para tratar de eliminar de una vez y por todas los obstáculos que siguen amenazando la supervivencia de nuestra especie. Falta también que los que no firmaron ese consenso general, cambien el rumbo de políticas destructivas que desinhiben lo más primitivo del hombre: la barbarie.

Afortunadamente, el aumento poblacional no se traduce solo en preocupación, sino que da paso además, a nuevas posibilidades para la sociedad mundial y anuncia importantes éxitos. Por ejemplo, la esperanza de vida en lo que va del siglo XXI ha crecido con relación a comienzos de 1950, de 48 años a 68 años como promedio.

Por otra parte, decreció notablemente la cantidad de defunciones de lactantes, de 133 por cada mil nacidos vivos —existentes en los años 50— a solo 46 por cada mil alumbramientos, en el período 2005-2010. Igualmente se ha reducido la prevalencia de enfermedades infantiles en el planeta, gracias a las campañas de inmunización realizadas; así como se lograron mejores resultados en lo inherente a la atención a la educación sexual y reproductiva.

LA EXPERIENCIA DE CUBA

Nuestro país, con alrededor de 11.3 millones de habitantes —apenas el 0.16 % de la población mundial existente ahora— se destaca por tener una alta esperanza de vida de 79 años como promedio (77 para los hombres y 81 para las mujeres); una tasa de mortalidad infantil de 4.5 por cada mil nacidos vivos y 5.8 de mortalidad en niños con menos de 5 años por igual cantidad de nacimientos; así como casi la totalidad de sus partos ocurridos en centros hospitalarios, conocidos como partos institucionales.

Estos, junto a otros resultados, dan crédito de por qué la Isla signifique un puntal de referencia cuando de sociedad justa con igualdad de oportunidades y de respeto al otro se hable.

…Y LA HUMANIDAD SEGUIRÁ CRECIENDO

A escala global se espera que, en el 2025, la India complete la cifra de 1 460 millones de pobladores, convirtiéndose en el país más populoso de la Tierra —incluso por encima de China—; se prevé también que en el 2050, la población mundial alcance los 9 mil 300 millones de personas, con Asia aún a la cabeza de los continentes más poblados, pero que se avizora sea desplazado por África, cuando este triplique con creces, los mil millones de pobladores que posee en este momento.

Por eso, se impone repensar el hoy desde la perspectiva de solucionar las principales problemáticas que nos afectan y, consecuentemente, diseñar un mañana más justo y con oportunidades para todos. Ahí está el reto mayor.

(Tomado de Granma)