Egipto y EE.UU. piden perseverancia a palestinos e israelíes
Sharm El-Sheikh, Egipto, 15 sep .- Con modos y propósitos distintos, Egipto y Estados Unidos pidieron, por separado, a palestinos e israelíes apelar a la perseverancia para eliminar obstáculos en las negociaciones directas, amenazadas por la política de colonización sionista.
La sesión de conversaciones cara a cara entre el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, transcurrió sin sobresaltos ni novedades en esta ciudad balneario egipcia, a orillas del mar Rojo, según fuentes oficiales.
Aunque el silencio fue la clave pactada por todos los actores en esta segunda ronda de pláticas -la primera fue el 2 de septiembre en Washington-, diplomáticos, analistas y periodistas coincidieron en que el controversial tema de los asentamientos judíos fue la piedra en el zapato.
Por lo mismo, durante las reuniones bilaterales y separadas con Netanyahu y Abbas, el presidente egipcio, Hosni Mubarak, llamó a apostar por los elementos que alientan seguir las negociaciones y dejar a un lado los que enrarecen el ambiente, incluidas las acciones de grupos radicales opuestos al diálogo.
En rueda de prensa al término de las pláticas, el canciller egipcio, Ahmed Aboul-Gheit, destacó la seriedad de las tratativas y la voluntad de las partes de continuarlas, pero reconoció que varios peligros se ciernen sobre ellas.
Aboul-Gheit afirmó que es demasiado temprano para hablar de optimismo, y se limitó a expresar satisfacción por el hecho de que prosigan los contactos, previstos para mañana en Jerusalén, al tiempo que precisó que Egipto sólo fue sede, pero el coordinador principal es el gobierno de Estados Unidos. Antes, la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, quien participó en la primera y segunda ronda de tratativas, urgió a ambos protagonistas a hallar vías para eliminar el valladar impuesto al proceso por el inminente fin de la moratoria de construcciones de colonias judías.
La Casa Blanca instó a Netanyahu a prorrogar el congelamiento de las obras constructivas en barrios árabes de Cisjordania, un plan de judaización que los palestinos ven como un robo flagrante del territorio ocupado y anexado hace años por los sionistas, por demás definido como ilegal por la ONU.
Pero, al mismo tiempo, Washington presiona a la ANP y, en particular, a Abbas para que hablen sin precondiciones, esto es, sin mayores objeciones contra Israel por seguir levantando viviendas para sus nacionqles en tierra usurpada.
Ello suscitó más cuestionamientos al rol estadounidense en este proceso, luego que analistas apuntaron que la participación casi nula dada a la Unión Europea, Rusia o la ONU tiene un trasfondo electoral, de ahí que el presidente Barack Obama se empeñe en acelerarlo.
El próximo 26 de septiembre vence el plazo para que Tel Aviv decida si extiende o no esa moratoria, pero la decisión se antoja complicada porque detener las edificaciones irritará aún más a colonos ultraderechistas que amenazan con derrocar el gobierno de Netanyahu.
Ante la ya anunciada posibilidad de poner fin al frágil congelamiento de 10 meses -pues en Jerusalén Este se continuó construyendo-, el liderazgo palestino advirtió que abandonará las pláticas.
De momento nada novedoso se decidió sobre las fronteras del futuro Estado palestino independiente, los refugiados, la seguridad para Israel y el destino de la ciudad de Jerusalén, donde los palestinos pretenden afincar su capital.
En voz de un boxeador, lo vivido hoy aquí se describiría como que la paz entre palestinos e israelíes, que es precondición para la reconciliación entre estos últimos y el resto de los árabes, pasó el segundo asalto, pero todavía sigue contra las cuerdas y amenazada de "knock out". (PL)