Al sur

Santa Cruz del Sur: dos fechas, dos huracanes, una leyenda (+ Xs)

Santa Cruz del Sur, 9 nov.- La tantas veces repetida leyenda de ficción del vaso de agua negado a una desconocida anciana por habitantes del otrora poblado costero de Santa Cruz del Sur ha llegado a convertirse, para muchos, en algo real. La maldición de la desconocida mujer, afirman lugareños, causó la tragedia.

Con sobrevivientes entrevistados conocimos cuán solidarios eran los habitantes del pintoresco entorno habitacional de comerciantes y pescadores, construido sobre una estrecha franja arenosa. Todos se llevaban como familias en ambiente de trabajo y verbenas.

Los vientos del sur del Mar Caribe provocaban con frecuencia inundaciones en las fangosas calles, rellenadas en su superficie con piedras extraídas del fondo marino. Por esa causa, la mayoría de las edificaciones de madera estaban levantadas sobre pilotes.

La gente aprovechaba para trasladarse en botes con el fin de visitar a parientes y amigos. Consideraban el mar como un fiel amigo que les garantizaba el sustento económico y la alimentación. Nunca imaginaron que el 9 de noviembre de 1932 la desesperación, el llanto y el luto reinarían.

El mar se convirtió en bestia imbatible. La entrada de las perversas aguas salitrosas al caserío de gente humilde y laboriosa, aliadas al viento huracanado, acabó con sueños, propósitos, hogares y familias enteras que desaparecieron para siempre.

La destrucción, la muerte y el sufrimiento de los sobrevivientes quedaron en el angustioso recuerdo. El porqué del castigo tan horrendo de la naturaleza, aún el mar, no ha dado respuesta. En el litoral costero quedaron sepultados los quejidos de dolor de los fallecidos.

Como si la historia quisiera repetirse, el 8 noviembre de 2008, otro fenómeno atmosférico agredió a estos predios por similar rumbo que el anterior acontecido hace 91 años. Destruyó sin misericordia gran parte del fondo habitacional pero no pudo dejar sin vida a persona alguna.

Desde el 1ro de enero de 1959 Fidel se esforzó, junto a los demás dirigentes, de proteger a los seres humanos y sus recursos materiales ante la inminencia de un meteoro.

El huracán Paloma no pudo desfallecer el espíritu revolucionario de los habitantes de Santa Cruz del Sur. La solidaridad y el compañerismo estuvieron presentes como en ocasiones anteriores en este terruño, donde a nadie se le niega ayuda.

Con prontitud se levantó el barrio Paloma y muchas edificaciones multifamiliares para los damnificados. La Revolución cubana no deja a nadie desamparado.

(Foto tomada del perfil en Facebook de Miguel Vázquez Pino)