Los zoológicos en el tiempo
Aunque para la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios (WAZA), no existe un concepto definitivo sobre los zoológicos, podemos afirmar de manera genérica que este es una institución que albergan animales salvajes de diferentes especies para realizar estudios de interés científicos, para conservar y criar especies en peligro de extinción y para su exposición al público con fines didácticos.
Aunque el concepto del jardín zoológico es contemporáneo, desde hace miles de años el hombre se ha empeñado en albergar animales salvajes. La propia terminología data del apogeo de la civilización griega, “zoo” (zωο) significa “animal” y “logos” (λóγος), “estudio”.
Los “zoológicos” de la antigüedad
No se puede saber con exactitud desde cuándo el hombre inició la práctica de mantener en cautiverio a animales salvajes para fines religiosos, investigativos o de exhibición.
Las primeras referencias datan de alrededor de 3500 a.C. en Babilonia cuando los reyes albergaban animales salvajes como leones y aves rapaces.
En el Antiguo Imperio Egipcio ocurría algo similar, los faraones habitualmente rendían culto a los animales salvajes y en los templos albergaban diferentes especies exóticas como jirafas, monos, cocodrilos, entre otros.
En la civilización romana algunos jefes del Estado tuvieron sus propias colecciones. Durante la República algunas legiones emplearon esporádicamente elefantes como infantería pesada en las guerras.
Durante el apogeo del coliseo romano y las batallas de los gladiadores era relativamente habitual que los comerciantes compraran en África animales exóticos para presentar batalla en la arena. Si bien esto dista mucho de los nobles fines de un zoológico es un reflejo de toda la estructura logística y económica que se necesitaba para mantener a tan preciada mercancía lejos de su entorno natural.
Más al Este, en China también se documenta el interés por la conservación de animales salvajes. Durante la dinastía Tang (618-907 d.C.) se crearon varios parques para animales.
Durante la Edad Media, fueron muchos los gobernantes que obsequiaron a sus homólogos animales de su colección como gesto de buena voluntad. Uno de los casos más conocidos es el elefante blanco asiático que recibió de regalo Carlomagno de parte del califa de Bagdad, Harun-Rashid en el año 798. Esto en reciprocidad tras una embajada despachada por Carlomagno hacia el califato el año anterior.
Con su rica y diversa fauna era lógico pensar que en las civilizaciones americanas se realizara una práctica similar. Según describe en 1520 un impresionado Hernán Cortés, el emperador azteca Moctezuma poseía en Tenochtitlán extensos “jardines de animales” que iban desde estanques de agua, espacios habilitados para aves o recintos para animales salvajes. Todo parece indicar que se trataba de una amplia y variada colección de animales que lamentablemente fue destruida poco tiempo después.
Surgen los zoológicos modernos
La mayoría de los investigadores concuerdan en que el zoológico contemporáneo surge en el siglo XVIII.
El primer antecedente es la inauguración en 1664 de la “Casa de fieras real de Versalles” concebida por el arquitecto Luis Le Vau para el rey francés Luis XIV. Como muchas de las existentes en Europa esta solo constituyó una colección personal, pero despertó el interés de los europeos en la conservación de los animales salvajes. Esta se mantuvo activa hasta 1793 cuando es disuelta en el contexto de la Revolución Francesa.
En 1745 comienza la construcción de lo que será el primer zoológico propiamente dicho. Por idea de Francisco Esteban de Lorena, esposo de la emperatriz María Teresa de Austria comienza la construcción de la “Casa de fieras imperial” en Viena. Construido en los terrenos del Palacio de Schönbrunn, residencia de verano del matrimonio, va a tener su fundación el 31 de julio de 1752 con el objetivo de desarrollar, proteger, estudiar y exponer a diferentes especies exóticas de animales. En la instalación se podía disfrutar de doce recintos con la presencia entre otros animales de faisanes de la India, jirafas, elefantes u osos polares.
Aún mantiene sus puertas abiertas y es el zoológico en funcionamiento más antiguo del mundo y uno de los más importantes.
A partir de este momento, serían muchas las ciudades europeas que seguirían su ejemplo.
Ya en el siglo XIX se dará un salto de avance con la creación en 1828 de los Jardines Zoológicos de Londres, primera institución en el mundo que se identificará como zoológico y también la primera que tendrá un enfoque de trabajo científico entre sus funciones principales.
Desde esa fecha hasta nuestros días la actividad zoológica no ha parado de crecer en el mundo y prácticamente todos los países y las grandes ciudades cuentan con uno. Algunos tienen una merecida reputación como los de Nueva York, Tokio o el de Chapultepec en México, por solo citar algunos ejemplos.
Cuba cuenta con una bella tradición zoológica desde inicios del siglo XX, pero ello será motivo para otro trabajo. (Tomado de Cubadebate)