Al surEconomía y SociedadEducaciónSocialesSociedad

La Revolución forma a sus hijos en los valores éticos y humanistas dicen santacruceños

Santa Cruz del Sur, 24 ene.- La Revolución Cubana liderada por Fidel desde el primero de enero de 1959 hasta su partida hacia la inmortalidad, ha teniendo siempre  entre sus esenciales objetivos formar mujeres y hombres con principios éticos y humanistas.

Como dejara escrito José Martí  no siempre han de ser inútiles la honradez y el valor. Por eso la honradez y el valor solidario y patriótico tienen raíces tan profundas en el comportamiento ciudadano.

Sobre este elemental asunto el Presidente de la República Miguel Díaz-Canel Bermúdez ha hecho reiterados llamados a fortalecer aún más la decencia, el decoro y la educación cívica individual y colectiva.  Una obra que comienza en el hogar y termina sólo en la tumba.

Rigoberto Guevara Pérez, jubilado del sector agrícola, destacó la ejemplaridad humanista, política e ideológica  de los máximos dirigentes de esta Isla. Ellos, refirió, son un espejo ante la sociedad, como continúa siendo el Comandante en Jefe a pesar de no estar presente físicamente. Eso les permite guiar bien al pueblo.

La lealtad, la moralidad y la honestidad nos distinguen en todo el mundo. Somos dadivosos de corazón entre nosotros mismos y con todos los pobres de la tierra. Damos lo que tenemos y no lo que nos sobra, manifestó emocionada María de los Ángeles Vázquez Compañy, licenciada en nutrición y dietética, quien es trabajadora de la Sala municipal de Rehabilitación.

Yesica Jiménez Bazán, maestra de segundo grado del plantel de enseñanza primaria Ignacio Agramonte, comentó que a través de su ejemplo personal y charlas educativas les transmite a los escolares el amor a la patria, sus símbolos, el respeto a los héroes y mártires, a ser laboriosos, responsables, respetuosos y buenas personas.

Continúan en este archipiélago socialista incrementándose las acciones desde la familia, como  célula fundamental, para que la ética, la moral y  las correctas costumbres establecidas, unida a la formación de valores, se mantengan indisolubles en esta tierra que se levanta revolucionaria para todos los tiempos sin descender en lo más mínimo su  vergüenza y decoro.