Extraen a santacruceña un fibroma de gran tamaño (+ Fotos)
Santa Cruz del Sur, 22 jun .- Los frecuentes malestares en piernas, abdomen y espalda, le hacían la vida imposible a Cruz María Viera Hernández, vecina de la comunidad El Carmen ubicada en el Consejo Popular Cándido González Morales, distante 32 kilómetros de Santa Cruz del Sur.
Durante más de dos décadas creció un fibroma en su interior sin decidirse a ser operada.
“La paciente llegó a nuestra consulta desesperada porque llevaba varios años con un mioma uterino, la que por determinadas razones no quería acceder a la intervención quirúrgica. Primero se le realizó el chequeo preoperatorio, el examen físico exhaustivo, precisándose la existencia de un fibroma muy crecido, que abarcaba toda la parte inferior del abdomen… incluso se espaciaba más allá del ombligo”
“Aunque es obesa”, detalló, “en el momento del reconocimiento físico se apreció una masa de gran volumen que no es el habitual”.
La doctora Yanet Roldán Rodríguez, especialista en Ginecobstetricia, recuerda cada detalle de la fémina por ella atendida.
“En el tacto vaginal nos percatamos de que era un mioma que cubría parte considerable del vientre, pero el ultrasonido abdominal confirmó lo previamente supuesto: era un fibroma que estaba desplazando órganos dentro de la cavidad abdominal, incluso comprimía el uréter y otras estructuras, causándole a la paciente dolores bajo vientre, estreñimiento, dificultades al orinar; además ya había presentado episodios de sangrado vaginal”.
Cruz María confesó al reportero que al sentirse tan mal se convenció que debía entregarse por completo a los médicos “y dejarme de cobardía, si no me operaba moriría; parecía que llevaba un saco de arena dentro de mi barriga. Me fatigaba mucho, apenas podía salir de la casa; como soy hipertensa la situación empeoraba. Sabía a lo que me iba a enfrentar. Le pedí a Dios salir bien”.
Miguel Sarmiento Leyva, su esposo, le rogaba acabara de decidirse. “Para ella era difícil, lloraba, quería expresar el sí definitivo, sin embargo los nervios se habían apoderado de mi mujer. La mamá y yo le aseguramos que la operación sería exitosa, pues aunque los médicos que la atendían son jóvenes están preparados debido a los estudios recibidos y las experiencias obtenidas”.
Proposición aceptada
Al proponérsele la cirugía a la Viera Hernández, acepta, a pesar de exponérsele los posibles riesgos y complicaciones que podían suceder en el acto quirúrgico. Idéntico comentario se les hizo a los familiares, estando todos de acuerdo.
La paciente es ingresada, haciendo la anestesióloga sus valoraciones previas. “Conformamos a partir de ahí el equipo médico que iba a participar en el complejo quehacer”, puntualizó la Roldán. “Resultaba imprescindible compensarle la presión arterial a Cruz, quien padece de hipertensión arterial crónica”. Se determinó entonces que los entendidos en Ginecobstetricia, Cirugía, un clínico y el Terapista aportaran todos sus conocimientos en el caso.
“No fue nada fácil”, afirmó convencido el doctor Yosmel Posada Cabrera, especialista de primer grado en cirugía. “La operación fue extensa, bastante laboriosa desde el punto de vista técnico. Debíamos ligar estructuras vasculares importantes ya que las pérdidas sanguíneas fueron elevadas”.
“Resultó ser una cirugía extendida: dos horas y media”, acentuó. “La incisión abdominal fue en extremo enorme, la llamamos corte sifopubiana, comienza en el esternón y termina en el pubis, así pudimos extraer el fibroma que sobrepasó las diez libras con una dimensión de 30 centímetros”.
El grupo creado en el salón quirúrgico llevó a cabo la histerectomía total abdominal a cúpula cerrada. “Como ya le explicó mi colega Posada, la incisión se acometió de esa manera para buscar más campo quirúrgico. Si tuvimos éxito fue porque también tuvimos junto a nosotros a la doctora Ana Elena Rabí Lang, especialista en Anestesiología y un idóneo grupo de enfermería en este tipo de actividad”.
La radicada en la santacruceña comunidad El Carmen se recobró en la Sala de Terapia Intensiva, tras requerir ser transfundida. “La Anestesióloga consiguió la recuperación de las capacidades adecuadas para evitar el desequilibrio hidromineral en la paciente, reponiéndoseles los líquidos en el postoperatorio, por lo que la evolución avanzó favorable. Le fue vigilada, incluso, en esas primeras horas la frecuencia cardíaca y respiratoria, evolucionando según lo deseado por el equipo médico y la familia de la operada”, destacó la Ginecobstetra.
Cruz María Viera Hernández sonríe para la instantánea periodística. Su semblante emite agradecimiento. “Muchas gracias a todas estas personas maravillosas que me han hecho volver a sentir con salud. Cuando los médicos lo decidan volveré para la casa.”
Los miomas o fibromas son los tumores más comunes del útero y la pelvis en la mujer. Según la ciencia médica la frecuencia de estos es mucho mayor en las féminas de raza negra, pero no existe ninguna explicación fisiológica del porqué de esta diferencia.
Estas protuberancias benignas se ponen de manifiesto, desde el punto de vista clínico, en la segunda mitad de la vida menstrual, aunque no es raro que aparezcan en estadios más tempranos.
La historia de la Ginecobstetricia en esta localidad no revela ningún antecedente del tipo antes descrito. Cada año varias son las mujeres que frecuentan la consulta de Ginecobstetricia del hospital municipal José E. Santiesteban Báez a causa de las molestias provocadas por los fibromas. Durante el 2015, 79 fueron intervenidas quirúrgicamente por esa causa y hasta la primera decena de junio del actual calendario las estadísticas reportan 30.