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Explosión a bordo!: 44 años de otro crimen contra Cuba

La Habana, 6 oct.- Hace 44 años dos bombas en el vuelo CU-455 ocasionaron la muerte a 73 personas, un hecho terrorista contra Cuba que se mantiene impune pese a las evidencias.

 

El promedio de edad en el viaje era de 30 años, entre los pasajeros iba una niña de nueve, así como 16 esgrimistas del equipo juvenil de Cuba que habían ganado todas las medallas de oro del Campeonato Centromericano y del Caribe. Según documentos históricos, en total fueron 57 cubanos, 11 guyaneses y cinco norcoreanos quienes murieron tras las explosiones de C-4 implantadas en el avión por dos venezolanos al mando de Luis Posada Carriles y Orlando Bosh.

Las investigaciones evidenciaron que el 6 de octubre de 1976, el vuelo de Cubana de Aviación partió desde Guyana hacia La Habana, vía las islas de Trinidad y Tobago, Barbados y Jamaica.

Sin embargo, sólo nueve minutos después de haber despegado del Aeropuerto de Seawell, en Barbados, y a unos 18 mil pies de altura, explotó una primera bomba escondida en el baño trasero.

Grabaciones de audio en la sala de control evidencian que el piloto Wilfredo Pérez trataba de mantener en el aire al DC-8 a pesar del boquete abierto en su fuselaje por la detonación.

En Barbados, las autoridades aeroportuarias autorizaron el aterrizaje de emergencia solicitado por la tripulación, sin embargo, a pocas millas de la pista se produjo en minutos una segunda detonación que sentenció la suerte del vuelo.

‘…Eso es peor, pégate al agua Felo, pégate al agua’, son algunas de las palabras que intercambiaron entre sí los pilotos de la aeronave y que han quedado como muestra auditiva de la desesperación del momento.

Tras la segunda explosión el CUT-1201, fuera de control, empinó bruscamente su nariz antes de descender a toda velocidad y penetrar en las profundas aguas del Deep Water Bay, aseguran los criminalistas.

PUSIMOS LA BOMBA…Y QUÉ?

El sabotaje lo ejecutaron dos venezolanos -Freddy Lugo y Hernán Ricardo-, quienes abordaron el avión cubano en la capital de Trinidad y Tobago.

De acuerdo con la recapitulación de los hechos, ambos se ubicaron en la sección central de la cabina de pasajeros, donde colocaron una de las cargas y la otra en el baño trasero.

Según documentos desclasificados en Estados Unidos y publicados por los Archivos de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington, luego de desembarcar en Barbados, Hernán Ricardo llamó a Luis Posada Carriles para informarle del éxito de la misión, y se refirió a los pasajeros asesinados como ‘perros’.

Al ser interrogados por la policía de Barbados, los responsables confesaron e implicaron a Posada y Bosch, por lo que las autoridades venezolanas arrestaron a ambos hombres en Caracas.

Los cuatro detenidos fueron sometidos a un prolongado y tortuoso proceso judicial, en el cual Ricardo y Lugo fueron condenados a 20 años de prisión el 8 de agosto de 1985.

Hernán Ricardo reconoció entonces ante la periodista Alicia Herrera su participación en los hechos: ‘Pusimos la bomba…y ¿qué?’ le dijo a la investigadora que más tarde publicaría bajo ese mismo título sus intercambios con el acusado.

Pese a las evidencias en su contra, Bosch fue absuelto y puesto en libertad en 1987.

Posada escapó de una prisión venezolana el 18 de agosto de 1985 con el apoyo de la Fundación Nacional Cubano-Americana antes del veredicto judicial, y reapareció poco después en El Salvador al servicio del gobierno de Estados Unidos.

El 17 de noviembre de 2000 fue detenido en Panamá, junto a otros tres terroristas de origen cubano, cuando se disponía a realizar un atentado con explosivos contra el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, durante su participación en la Cumbre Iberoamericana efectuada en ese país.

Orlando Bosch Ávila falleció en Miami el 27 de abril de 2011 y Luis Posada Carriles residió libremente en esa ciudad floridana hasta su muerte en 2018.

LA EVIDENCIA GRITA, LA JUSTICIA ES SORDA

El abogado cubano Jose Pertierra representó a la parte venezolana en la pugna legal en Estados Unidos por la extradición de Posada al país bolivariano, donde estaba prófugo de la justicia.

Según el abogado, el expediente sobre el crimen contra el avión cubano recoge que Ricardo y Lugo admitieron haber sido entrenados por la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA) y por la DISIP (la anterior agencia de inteligencia venezolana).

‘Hernán Ricardo hasta dibujó un diagrama con puño y letra sobre la estructura política del CORU (Comando de Organizaciones Revolucionarias Unidas), además de un diagrama del detonador del explosivo que utilizó’, comentó Pertierra en 2016.

Un documento del Buró Federal de Investigaciones (FBI) con fecha 21 de octubre de 1976 refiere que el CORU fue responsable de la acción contra el avión, se trata de una organización terrorista fundada unas semanas antes para realizar ataques en todo el Hemisferio Occidental.

El periódico estadounidense The New York Times citó un reporte del FBI de 1976 obtenido por el Archivo de Seguridad Nacional donde se indica que una fuente fidedigna avisó sobre la presencia de Posada Carriles en las dos reuniones en las que se planeó el atentado.

Sin embargo, tras su fuga de la cárcel, no se pronunció ningún veredicto contra Posada Carriles porque según el Código Penal venezolano un procedimiento judicial no puede realizarse sin la presencia del acusado.

En declaraciones anteriores a Prensa Latina, el presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, Fernando González, aseguró que los familiares de las 73 víctimas de ese acto terrorista viven bajo la sombra de la injusticia, pues los responsables intelectuales terminaron sus vidas sin pagar por sus crímenes.

En Cuba, el 6 de octubre es considerado de manera oficial como Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado, precisamente para recordar el crimen contra el avión, cuyos autores tenían vínculos con la CIA.

Según datos de esa agencia estadounidense, en julio de 1964 Posada ya aparece como jefe de un campamento paramilitar del grupo terrorista Junta Revolu¬cio¬naria en el Exilio (JURE) en Florida central.

La propia agencia registra en su ficha biográfica la activa participación de Posada en el contrabando de armas y explosivos, así como en otros actos subversivos en la región del Caribe.

Durante la conmemoración del aniversario 25 de la explosión de la aeronave Fidel Castro dijo: ‘Nuestros hermanos muertos en Barbados ya no son solo mártires; son símbolos en la lucha contra el terrorismo, se yerguen hoy como gigantes en esa batalla histórica para erradicar el terrorismo de la faz de la Tierra.’

Por Isaura Diez/ Periodista de la Redacción Nacional de Prensa Latina