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Cuba-EE.UU: Avances y obstáculos en 2015

Por Roberto García Hernández*

El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, rotas por Washington en 1961, constituyó uno de los acontecimientos más importantes del año 2015 en la arena internacional y marcó un hito histórico en los nexos bilaterales.

El 17 de diciembre de 2014, el presidente cubano, Raúl Castro, y su homólogo estadounidense, Barack Obama, anunciaron de forma simultánea desde La Habana y Washington la decisión de cambiar el curso de los vínculos entre las dos naciones, e informaron la liberación de los tres antiterroristas cubanos que quedaban presos en cárceles norteamericanas.

Ese mismo día, Ramón Labañino, Gerardo Hernández y Antonio Guerrero regresaron a Cuba tras permanecer más de tres lustros en prisión por tratar de evitar acciones violentas contra su país.

Con anterioridad, René González y Fernando González, integrantes también del grupo conocido mundialmente como Los Cinco, retornaron a la isla tras cumplir sus condenas.

EL BLOQUEO SIGUE EN PIE

A pesar de los avances -aunque limitados- que los dos gobiernos lograron en los últimos meses, y de la voluntad de seguir adelante, sigue en pie el principal escollo: el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra Cuba hace más de cinco décadas, cuyos perjuicios económicos superan los 833 mil 755 millones de dólares, además de los daños humanos incalculables.

El Congreso es el único que puede levantarlo y, entre sus integrantes, existe una voluntad bipartidista y mayoritaria para hacerlo, avalada por el deseo de más de 60 por ciento de los ciudadanos estadounidenses.

Actualmente, hay pendientes en el Legislativo estadounidense alrededor de una veintena de proyectos de leyes contra el bloqueo, calculan expertos cubanos.

Algunos tienen como fin levantar las restricciones a los viajes de los norteamericanos a la isla -que actualmente pueden hacerlo si clasifican en una docena de categorías-, facilitar inversiones en el sector de las telecomunicaciones, y la posibilidad de conceder créditos a Cuba para compras en el sector agrícola, entre otras.

En sentido contrario, existe casi una treintena de propuestas con el objetivo de mantener y arreciar el cerco contra la mayor de las Antillas, además de revertir una buena parte de los avances que hubo en los últimos meses.

LA MATERIALIZACIÓN DEL BLOQUEO

Actualmente, una de las mayores afectaciones está en el plano financiero, dada la prohibición de que Cuba utilice el dólar en las transacciones internacionales.

En este sentido, durante 2015 el propio departamento del Tesoro aplicó cinco multas contra entidades bancarias y empresas de otros países por realizar algún tipo de negocio con Cuba, monto que superó los dos mil 834 millones 867 mil 575 dólares.

En total desde 2009, por razones similares, el Gobierno norteamericano impuso multas por un valor total de 14 mil 396 millones 357 mil 471 dólares a firmas y empresas de varias naciones por el hecho de comerciar de alguna manera con la mayor de las Antillas.

ALGUNOS AVANCES EN LOS NEXOS BILATERALES

En los últimos meses, después del inicio del nuevo curso en las relaciones, se aprecian avances indiscutibles, aunque insuficientes.

A partir de enero de 2015 comenzó a llegar a Cuba una avalancha de congresistas, hombres de negocios, y representantes de organismos gubernamentales estadounidenses.

El 22 de enero tuvieron lugar los primeros contactos en La Habana para perfilar las prioridades en el camino hacia el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la apertura de embajadas en las respectivas capitales.

En otro hito importante, el 29 de mayo Estados Unidos anunció oficialmente la exclusión de Cuba de la lista de países que según el Departamento de Estado patrocinan el terrorismo, relación en la cual la isla nunca debió estar, según las autoridades cubanas.

También en el primer semestre tuvieron lugar reuniones sucesivas tanto en Washington D.C. como en La Habana, hasta que el 20 de julio se restablecieron oficialmente las relaciones diplomáticas, y las respectivas secciones de intereses se convirtieron en embajadas.

Desde entonces, tres miembros del gabinete de Obama visitaron Cuba: el secretario de Estado, John Kerry, quien presidió la apertura oficial de su sede diplomática el 14 de agosto; la secretaria de Comercio, Penny Pritzker, en octubre; y en noviembre, el de Agricultura, Thomas Vilsack.

La instauración de la Comisión Bilateral para evaluar la marcha del proceso hacia la normalización fue otro logro importante en el período.

Este panel funcionó en septiembre en La Habana y a principios de noviembre en la capital norteamericana.

Otro hecho destacado en el período fue la emisión de regulaciones por parte de los departamentos del Tesoro y del Comercio, las primeras el 15 de enero y después el 18 de septiembre.

En ambos casos, aunque flexibilizaban algunos aspectos puntuales del bloqueo, quedaron por debajo de lo que la ley permite hacer a Obama.

En la práctica, hay pocos aspectos que el Presidente no puede variar: en primer lugar la prohibición a subsidiarias en terceros países a comerciar con Cuba; además de la proscripción a compañías norteamericanas de establecer nexos con propiedades de ese país nacionalizadas en la isla.

Al gobernante tampoco se le permite autorizar el turismo a Cuba ni la concesión de créditos para la adquisición de productos agrícolas por la parte cubana, los cuales deben pagarse en efectivo y por adelantado.

Sin embargo, el jefe de la Casa Blanca sí puede autorizar que La Habana acceda a préstamos para adquirir otros tipos de mercancías y servicios.

Las autoridades cubanas señalan que, a pesar de que las provisiones tomadas hasta la fecha por el mandatario van en el sentido correcto, este hizo muy poco, pues prácticamente en el resto del contenido de las sanciones puede actuar sin consultar al Congreso.

OTROS TEMAS PENDIENTES

Para el Gobierno de la isla, otro asunto vital es la necesidad de que Estados Unidos devuelva el territorio que ocupa ilegalmente la base naval de Guantánamo.

El asunto de las compensaciones también está por resolver. Mientras Washington habla de que se les pague por el valor de las compañías nacionalizadas tras el triunfo revolucionario de 1959, la parte cubana exige indemnizaciones por los cuantiosos daños materiales y humanos causados por sucesivos gobiernos estadounidenses.

De todas formas, para algunos expertos en el tema, así como para funcionarios de ambos países, el balance resulta positivo. Durante su visita a Cuba en agosto pasado, Kerry señaló que sería muy difícil para un presidente norteamericano en el futuro, sea demócrata o republicano, derogar las medidas adoptadas hasta ahora.

Un poco más gráfico fue el empresario estadounidense Jay S. Brickman, vicepresidente de la naviera Crowley Maritime Corporation, con sede en Fort Lauderdale, Florida, entidad pionera en el traslado de alimentos hacia Cuba. En declaraciones exclusivas a Prensa Latina, Brickman aseveró que los logros de los últimos meses son prácticamente irreversibles, aunque con muchos obstáculos que debemos vencer entre todos.

"Es como rellenar un tubo de pasta de dientes que hemos vaciado -ilustró el empresario-. Ahora falta que el Congreso cumpla su tarea y levante de lleno las sanciones unilaterales contra La Habana. Me siento optimista y pienso que eso sucederá más temprano que tarde".

Con razón o no, el símil empleado por este empresario parece estar respaldado por el hecho de que en la medida en que se consolide esta relación, a los sectores anticubanos y grupos más reaccionarios en el Capitolio les será más difícil deshacer lo alcanzado hasta ahora.

*Jefe de la Redacción Norteamérica de Prensa Latina.