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Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Camagüey: sentido de pertenencia y compromiso

Por Gladys Dailyn Morera Cordero/Radio Cadena Agramonte.
En sus casi nueve meses de labor en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Camagüey asegura sentirse realizado profesionalmente.

Allí -me dice- prima el sentido de pertenencia y el compromiso.

Bien pudiera ser la realidad de los más de 120 trabajadores de esa institución científica que hoy celebra su aniversario 32, expresa este joven quien, por su carácter reservado, prefiere no revelar su nombre, y reconoce el mérito en el personal que diariamente hace historia.

Y es que conversar con cualquiera de ellos, ya sean fundadores o nuevas generaciones, es una clase de modestia y de consagración plena al trabajo.

Muchos se sobreponen al cansancio y han dejado las comodidades del hogar para garantizar en determinados momentos transferencia tecnológica de productos a una planta capitalina, o garantizar las producciones pactadas. Lo más emocionante y sincero es ver con el orgullo con que lo dicen, son valores que descubro a diario en ese joven de recién ingreso.

Pudiera parecer increíble que en tan solo tres décadas y dos años la ingeniería genética y biotecnología cubanas crecieran y se multiplicaran haciendo realidad la idea del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el 25 de julio de 1989, al fundar al CIGB camagüeyano, un centro que es considerado institución insignia de la ciencia en la provincia, con notables resultados que impactan en la agricultura, la salud, y el medioambiente.

Intuyo que es una dicha responder a los objetivos primordiales del país, y a las necesidades de otras naciones hermanas.

“El CIGB no solo me forma como trabajador, sino como persona. Mi satisfacción es pertenecer a un centro con tan alta capacidad científico-técnica y que contribuya tanto al desarrollo económico del país. Me siento realizado al aprender todos los días, retroalimentarme, ver la unidad y la preocupación de los directivos, más que un orgullo es el deber de estar a la altura”.

Para este joven del área de producción, desde la trinchera de la sabiduría y el pensamiento comprende que allí se forjó y consolidó una nueva conciencia de trabajo y de hacer ciencia.

A él, como a tantos, los marcó el ejemplo, la personalidad, el talento y capacidad indiscutible de proyectarse hacia el futuro del líder histórico de la Revolución, artífice de la concepción y materialización de esta segunda institución de su tipo en el país, edificada con la voluntad y el sudor del pueblo.

Hoy exhiben los principales resultados en la esfera agropecuaria con tres productos en la cantera de producción y comercialización, la vacuna recombinante GAVAC, contra la garrapata en el ganado bovino; el bionematicida Hebernem y la vacuna PORVAC, contra la peste porcina clásica, con un impacto positivo en el control de esa enfermedad.

En este día felicito a ese joven y a todos los trabajadores del Centro de Ingeniería y Biotecnología de Camagüey y a su vez comparto el criterio del director de ese colectivo, el Dr. C. Nemecio González:

“El mayor mérito o la materia prima que más vale en el centro son los recursos humanos, a partir de los cuales se diseñó cómo debían de ser los nuevos científicos y tecnólogos”.

He ahí la clave para que los hombres y mujeres del CIGB de Camagüey sean verdaderos ejemplos de amor al trabajo. (Fotos: de la autora)(Tomado de Cadenagramonte)