Campesinos santacruceños comprometidos a trabajar más la tierra

Santa Cruz del Sur, 17 may.- La tierra, madre de los cultivos es la progenitora mayor de los campesinos cubanos. Su fertilidad natural y la incorporada por mujeres y hombres de imperecedera voluntad permiten sacarle los frutos a los surcos, siempre dispuestos a aportar mayor cantidad de  cultivos varios.

Los esfuerzos que se ejecutan desde antes de la salida de los primeros rayos solares hasta el ocaso proporcionan alimentos al pueblo, indispensables en la canasta básica familiar.

Todavía los logros productivos no son los deseados. Se  precisa más entrega de los que llevan en la cabeza el sombrero de yarey y la expresión patriótica de que sí se pudo, sí se puede y sí se podrá.

Incrementar los suelos con cultivos de ciclo corto es una batalla a ganar a pesar de las adversidades que ocasiona el cambio climático. Por eso cambiar lo que deba ser cambiado en el terreno debe hacerse sin dilaciones.

En tiempos de cruel pandemia el campesinado santacruceño cumple también las medidas establecidas y lleva el nasobuco puesto en cada jornada. Su compromiso es trabajar intensamente la tierra para que prospere  la solidaridad alimentaria.

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