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Al combate, con Fidel Siempre Presente

EDITORIAL
En la jornada de combate de este domingo último, al enfrentar a unos pocos revoltosos que quieren fragmentar el país, vimos a Fidel encarnado en Díaz- Canel dialogando con su pueblo en las calles, ese pueblo que en abrumadora mayoría hace Revolución.

El episodio revoltoso, pensado, organizado, mandatado y pagado por el gobierno de los Estados Unidos, tal y como lo anunciaron al otorgar recientes partidas financieras  a su agencia especializada en subversiones, la USAID, para desestabilizar a Cuba, sin tener en cuenta, ni remotamente, los efectos de la pandemia provocada por la COVID-19.

Esa calamidad, con sensibles efectos actuales  en el pueblo cubano, tanto en contagiados como en fallecidos, evidencia registros alarmantes para la isla, pero muy por debajo de otras naciones latinoamericanas, incluso de los Estados Unidos, cuyo gobierno impide  la entrada de medios, materias primas  y medicamentos para combatir la epidemia.

Los actos desestabilizadores de la jornada dominical tuvieron su pálida réplica en Camagüey, aplaudida por malos cubanos desde el exterior, pero al igual que en toda Cuba tuvo y tendrá la debida respuesta revolucionaria y popular, y por supuesto, su adecuado esclarecimiento, como saben hacer  nuestros efectivos órganos especializados. Tiempo al tiempo.

La irracionalidad ha estado presente, como es habitual, en la partida de irresponsables que escenificaron los hechos, cuando debían mantener las medidas higiénico-sanitarias para combatir al Sars-CoV-2, en medio de reales carencias provocadas por el cerco económico impuesto por la potencia yanqui a Cuba, en mayor medida.

Este domingo, como se demostró, el pueblo revolucionario estuvo en las calles; fue mayoría, junto al Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y sus homólogos en muchas partes del país, y junto a todos, en esas batallas de estos tiempos, estuvo y está Fidel.

Y es que el líder histórico de la Revolución cubana está presente en cada una de nuestras acciones y medidas para salir airosos, una vez más, de los embates criminales del bloqueo económico más prolongado que se haya sostenido contra  país alguno en la historia de la humanidad.

Aquí está Fidel en esa unidad de la inmensa mayoría de los cubanos, empeñados y convencidos para defender el proyecto social más humano e inclusivo que existe,  que sin distinción de color, credo e incluso, hasta de percepción política, beneficia a todos con seguridad de educación, salud y otras muchas bondades de nuestro socialismo.

Está presente en la certeza de que  en Cuba no hay espacio para fracturas, manipulaciones, injerencias y provocaciones de enemigos foráneos y lacayos, vendidos al amo yanqui por unas migajas como pago a su desempeño mercenario.

Está presente Fidel en los agradecidos -que somos más- y que ahora, además de siempre acompañarlo, nos sentimos acompañados y fortalecidos por sus  vigentes enseñanzas que fortalecen estrategias del trabajo de estos tiempos y los por venir, y hacen creíble  garantías de presente y futuro forjadas por nuestras propias manos, como él nos enseño.

Está Fidel en lo imprescindible de corregir acciones para mejor, y no dar el más mínimo margen a los enemigos de pueblos, al cipayismo y a la contrarrevolución “Made in USA” a erigirse en críticos de una obra social como la Revolución, concebida para el bien de todos y materializada ahora en el esfuerzo por inmunizar, con vacunas propias, a toda la población cubana contra la COVID-19.

Como expresó Díaz-Canel, la orden de combate está dada, las calles son de los revolucionarios; asumamos el reto junto a la perfectibilidad del diario quehacer con la vigente convocatoria del Comandante en Jefe de hacer más fuerte cada día nuestra Revolución, en beneficio del pueblo.

Es la hora de la marcha unida y del triunfo, con Fidel siempre presente. (Foto: Rodolfo Blanco Cué/ACN)