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Ciencia cubana asegura suficiente cobertura de ventilación pulmonar

La Habana, 1ro abr.- Con el desarrollo de cuatro nuevos modelos de ventiladores pulmonares, la ciencia cubana garantiza una suficiente cobertura en el campo de la ventilación, tanto para la atención a pacientes de COVID-19, como en otros ámbitos médicos.

Mitchell Valdés Sosa, director del Centro de Neurociencias (CNEURO), explicó en conferencia de prensa que Cuba nunca ha tenido una crisis en ese sentido gracias al trabajo del personal de la Salud que logró aplanar en un momento determinado la curva de contagios, y así disminuir las probabilidades de pacientes comprometidos en estados graves y críticos.

Al referirse a los ventiladores en desarrollo mencionó uno de alta gama a cargo de la empresa COMBIOMED, que se estará terminando este año y se pondrá a disposición de pacientes graves, y el  PQ20, equipo de emergencia para ser desplegado con rapidez, en fase de entrega al sistema nacional de Salud.

Dijo que se han entregado hasta el momento más de 120 unidades y antes de que finalice el primer semestre de 2021 se habrán completado 250 de estos ventiladores, diseñados para entubar a pacientes en estado intermedio de gravedad.

Si bien no se están utilizando en casos de COVID-19, sí liberan equipos de más alta gama y complejidad de otras funciones como la recuperación anestésica, por ejemplo, y eso fortalece la respuesta a la pandemia.

El otro ventilador en desarrollo es de conjunto con el Centro de InmunoEnsayo y el CNEURO, para la ventilación a los casos mucho menos graves y se prevé la entrega de otros 250 antes de agosto, apuntó Valdés Sosa.

De esa forma, serían 500 nuevos equipos de este tipo para casos leves y moderados, gracias al esfuerzo de la industria nacional, en tanto el Grupo de la Electrónica trabaja en un cuarto modelo, agregó.

En exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias, el director de CNEURO declaró que hacer sostenible la fabricación de estos ventiladores y otros medios técnicos destinados a enfrentar la COVID-19 representa un orgullo para la ciencia cubana.

Ponerlos a funcionar nos pondrá en una posición ventajosa no solo frente a la epidemia, sino a cualquier pandemia o enfermedad de cara al futuro, expresó.

A pesar del impacto negativo del bloqueo norteamericano contra la economía de la Mayor de las Antillas, ha sido posible desarrollar, entre otros proyectos, tests de biología molecular y equipos de monitoreo en terapia intensiva, resaltó el especialista.

En un contexto tan adverso, marcado por la depresión del comercio y el turismo internacional, las 250 medidas de la administración de Donald Trump trataron de estrangular la vida cubana, reflexionó.

Fernández Sosa apuntó que cualquier otro país en condiciones similares hubiera debido enfrentar una crisis y el consiguiente colapso de su sistema sanitario, pero las inversiones que Cuba ha realizado desde hace años en la industria biotecnológica permitió que produzcamos una buena parte de lo que hace falta para la biología molecular.

Ante una situación crítica para el país, la ciencia respondió, pero es necesario señalar que a la par del desarrollo tecnológico marcha la organización del sistema de salud y la confianza de la población en el potencial científico cubano y la industria biotecnológica. (ACN)