Sin un beso mañanero de Adriana
Gerardo Hernández Nordelo, tal como el patriota estadounidense Nathan Hale, se lamenta por no poseer más que una vida para ofrendar por su país. Este cuatro de junio esa existencia suma otro año (44) a su almanaque privado.
Diez años de ese calendario han transcurrido tras las rejas. ¿Cuántos más?. Esperemos que la justicia se imponga en las nuevas circunstancias tras el reclamo de los amicus, pues las condenas contra este cubano son de dos cadenas perpetuas más 15 años de privación de libertad.
Desde su celda en la prisión de Victorville, en el Estado de California, su valor personal, decoro, estoicismo y estatura honorable también cumplen años. No habrá agasajo, ni la música predilecta de su Cuba… Paradoja: aunque solitario en su recinto, estará rodeado de cartas y mensajes; de su gente festejando junto a él, aunque a millas de distancia .
Su mejor regalo sería Adriana. Ella ha declarado, ante las tantas negativas para poder visitar a su esposo, que se trata de “una vida limitada en sus proyectos, en la relación de convivencia”. No abandonan los sueños, tras las rejas o libre, de volverse a abrazar, de platicar todas las cosas que tenemos pendiente, hacer planes, vislumbrar el futuro…”
Las armas y fuerzas de Gerardo y sus cuatro hermanos habitan en sus mentes y corazones: se denominan ideas. Ofrecen fuerza y convicciones sólidas para encarar sacrificios y soledades. Seres humanos, ellos también incuban sentimientos: padres, esposas, hijos… Este jueves los recuerdos martillarán en la mente estoica de este cubano, quien se arrima a las cuatro décadas y media de vida y entonces no tendrá el beso mañanero de su Adriana.
¿Qué se oculta detrás del inhumano encierro?
Desde los albores de la precedente vigésima centuria, diversos mandatarios de Estados Unidos –Woodrow Wilson, Delano Roosevelt, otros— han abogado por el imperio de la denominada Ley Internacional, pero desde el rol protagónico de nación más poderosa del planeta. El patrón varió con W. Bush en este milenio: desprecio absoluto por la comunidad internacional. Estandarte, la supuesta lucha contra el terrorismo.
Doble rasero en la moral política del autodenominado poderoso: pues Gerardo y sus hermanos no hacían otra cosa que luchar contra ese flagelo que lacera a la humanidad, incluida los propios Estados Unidos.
El desaparecido profesor Julio Fernández Bulté lo había subrayado: “Ha habido causas penales en las que se ha juzgado algo más que a algunos hombres. De hecho en ellas se ha juzgado la esencia humanista de nuestra civilización y el porvenir de los seres humanos”.
Ejemplifica con los procesos contra Dreyfus en Francia, la seguida en Leipzig hacia Ernest Thaelman, el proceso de los esposos Rosemberg, la librada para condenar a Nelson Mandela… y concluye:
“Creo sinceramente que el juicio seguido en Estados Unidos contra Los Cinco patriotas cubanos, luchadores antiterroristas, es una de esas causas extraordinarias en que está en juego, de modo particular, la credibilidad en la supuesta lucha antiterrorista que ha proclamado Estados Unidos y los fundamentos mismos de la legalidad norteamericana”.
Desde sus estrenados 44 años, Gerardo nos convida a su fiesta: la batalla que, desde su paradigma, prosigue en indisoluble vigilia contra todo terrorismo. Habrá tiempo para apagar velas y deshojar proyectos. (Por Marcos Alfonso/Servicio Especial de la AIN)