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Honores merecidos a los médicos cubanos

Honores merecidos a los médicos cubanosCuba recibe los 180 años del nacimiento de Carlos J. Finlay y los 80 de la celebración del Día de la Medicina Latinoamericana, con la más grande graduación de su historia: 11 mil doctores licenciados, de los cuales 5 315 son cubanos y el resto procede de 59 países, titulados en el más reciente curso escolar.

De conocimiento global y orgullo patrio es la ayuda solidaria que ofrecen los médicos cubanos en múltiples zonas del mundo. Las difíciles condiciones geográficas en ocasiones, de salubridad y de diversa índole, no son obstáculo si de salvar vidas se trata.

La labor internacionalista de los profesionales cubanos de la Salud es exaltada continuamente, con razón indiscutible. Pero ¿qué decir de aquellos igualmente valerosos que permanecen en la Isla?

Es que también cuentan las difíciles condiciones que aquí superan, si pensamos, por ejemplo, en las características de zonas como el Escambray y la Sierra Maestra o en la inestabilidad de suministros técnicos con la que a veces trabajan, en gran medida como consecuencia del bloqueo impuesto por el Gobierno norteamericano.

Las estadísticas de salud en Cuba son fruto, en gran medida, de la calidad del trabajo de sus profesionales. Así lo demuestran la tasa de mortalidad infantil inferior a 5 por mil nacidos vivos y la esperanza de vida de sus habitantes, que alcanza ya los 79 años; cifras que, en entre otras, sitúan a la Isla al nivel de países desarrollados.

Las largas horas de estudio sistemático, las agotadoras jornadas -incluyendo madrugadas de desvelo- y el tener bajo su responsabilidad el cuidado de vidas humanas, son tareas que un galeno lleva diariamente, aparejadas a su privacidad, familias, sueños, preocupaciones de índole personal, que en muchas ocasiones sacrifican ante el juramento socrático.

Si bien el acudir ante un médico es síntoma de algún padecimiento o dolencia, por lo cual un gesto amable alivia más allá de los conocimientos científicos, también es merecido un trato respetuoso hacia aquellos que dedican sus vidas a sanar otras.

Dedicar una sonrisa en señal de agradecimiento, sumado a la merecida felicitación a los trabajadores de la Medicina, puede convertirse en un buen motivo para iniciar este día y para mantener como práctica cotidiana.

Por Jessica Castillo Nápoles/Radio Cadena Agramonte.