Yara: En la hora sublime de la patria, el brazo, el corazón, el ideal

Yara: En la hora sublime de la patria, el brazo, el corazón, el idealDespués del grito independentista de La Demajagua, el 10 de octubre de 1868, protagonizado por Carlos Manuel de Céspedes, al darle la libertad a sus esclavos y sumarlos al propósito de luchar por la libertad de Cuba contra el yugo español, las fuerzas insurrectas inician, un día después, las acciones bélicas en el poblado de Yara.

Comenzaba así la primera etapa de una contienda contra la metrópoli que se extendería por unos treinta años.

Fue el pequeño caserío de Yara el objetivo primero de aquellos patriotas que, con Céspedes al frente, apenas alcanzaba el centenar de hombres, y que sin experiencia militar, realizan su primer encuentro con las fuerzas españolas.

Como ocurriera años después en las acciones de Alegría de Pío, el incipiente mambisado cubano es dispersado y derrotado. No obstante, las fuerzas pronto se unieron a Carlos Manuel de Céspedes, quien recibiría ayuda con unos 300 hombres.

Ya se había dado el primer paso de insurgencia y los alzamientos se sucedían en otras regiones del oriente cubano con patriotas como Donato Mármol y Calixto García en Holguín, atacan y toman Santa Rita, Jiguaní y Baire.

En Las Tunas Vicente García toma la ciudad y en la zona del Dátil triunfa Máximo Gómez.

Los sucesos de Yara constituyeron el preludio de una contienda que contó con innumerables encuentros bélicos, donde se puso de manifiesto el valor y el heroísmo de los patriotas cubanos que se lanzaron a la manigua redentora a combatir el colonialismo español.

Yara fue el camino hacia la creación de un ejercito mambí que puso en jaque a las fuerzas colonialistas a lo largo de unos treinta años de contienda militar.

Aquel primer revés constituyó un duro golpe, donde la mayoría de los hombres perecieron o fueron hechos prisioneros, quedando solo 12, En tal situación y con tal numero de hombres, otros hubieran sucumbido a la derrota, sin embargo Céspedes, con una fe inquebrantable en su objetivo libertario, lanzó una extraordinaria frase: “¡Aún quedamos 12 hombres. Basta para hacer la independencia de Cuba!".

Y ese sería el sello independentista que marcaría el camino de la revolución cubana hasta lograr el triunfo el Primero de Enero de 1959. Yara sería la llave, aún en la derrota, de la voluntad patriótica de los cubanos por vivir sin yugos ni con deshonor, ni vivir bajo la ignominia de dictaduras y explotación.

Yara fue el preludio, la clarinada, la voluntad de los que caen y se levantan con mayor vigor.
Octubre se alza clamoroso, las huestes como sombras, al ataque.

Yara sucumbe ante el empuje, Aún en la derrota, la insurrección se consolida.

Yara irredenta, el clamor excelso.

¡Y en la hora sublime de la patria, el brazo, el corazón, el ideal!

Yara fusil, Yara mambisa.

(Hugo Betancourt Mayoral/ Radio Santa Cruz)