Sui géneris celebración santacruceña de jornadas de Salud y Educación
El nacimiento de un niño sano es un acontecimiento que tradicionalmente se celebra en todas las sociedades y la cubana no es una excepción. En Cuba el Programa Materno Infantil (PAMI), cuenta con el apoyo del sector de la Salud Pública, las organizaciones políticas y de masas, la comunidad, pero sobre todo del médico y la enfermera de la familia y el especialista en ginecobstretricia.
Hasta la fecha en este 2011 han ocurrido en Santa Cruz del Sur 505 nacimientos. Los más recientes fueron los de Alejandra y Henry, hijos de dos jóvenes educadoras, Idelsis Muñoz Mederos y Maira Matamoros Hernández, las que inician la etapa más hermosa de la vida: la de ser madres.
Ambas entraron al área de preparto con bastantes contracciones, fueron atendidas por el ginecobstetra, Dr. Héctor Viamontes Barroso, y los licenciados en enfermería Madelaine Pérez Henry, asistente del salón de parto e Isnel García Cabrera, técnico en neonatología.
Las caras de estas primerizas reflejaban el malestar, propio de esta dolorosa etapa. “El parto es un proceso fisiológico, tratamos que no se desvíe de la normalidad. El nacimiento no se hace, se asiste. Ahora observamos el progreso que va teniendo el feto en el canal del parto y la dilatación del cuello del útero para que todo salga como pronosticamos”, destaca Viamontes.
Maira es licenciada en educación preescolar, el galeno le pide respirar por la nariz y expulsar el aire por la boca. Isnel le sugiere relajarse. Madelaine prepara la inducción del parto, le recuerda hablar con su bebé, él reconoce su voz, señalándole que pronto va a nacer y lo amamantará.
Ella es maestra en el círculo infantil Luis Aldana. “Este iba a ser mi segundo curso escolar, pero debo cumplir la licencia de maternidad cuando nazca el niño… bueno, lo sé porque al hacerme el ultrasonido me dijeron: es varón. La doble responsabilidad al convertirme en madre, me hará una educadora mejor “.
Idelsis se muestra colaborativa, da paseítos, hace cuclillas “porque deseo que llegue la hora del parto. Ya estoy a término. ¿Si estoy feliz?, claro, es la mayor alegría”. Se estimula los pezones continuamente. “Hace un mes y medio que ya no estoy frente al aula. Imparto español y literatura en un grupo de octavo grado de la secundaria básica Camilo Cienfuegos”.
El ginecobstetra vigila la dinámica uterina de ambas gestantes. “Chequeamos- asevera Héctor- la duración, frecuencia y la intensidad normal y chequeamos a su vez la frecuencia cardíaca del feto, las pérdidas de la paciente, coloración y temperatura del líquido amniótico. Algo más, con el tacto se determina el grado de dilatación del cuello uterino, el descenso de la presentación en el canal del parto, para que se cumpla, como dije anteriormente los mecanismos del nacimiento, a partir de las propias rotaciones de la criatura”.
La Muñoz Mederos se incorpora en la cama. Con los ojos, considerados ventanas del alma, transmite un pensamiento positivo “porque mantenerme así me ayuda cantidad. Puedo jurarle algo: extraño a mis estudiantes, son magníficos. Me visitan en la casa, y ahora en el hospital sus padres se han mantenido al tanto de mi estado… pero todo va a salir bien, para poder colaborar con la enseñanza de esos educandos al finalizar la licencia de maternidad. Ya otro profesor los atiende, y sé algo: van muy bien”.
Horas después llegaba Henry al mundo. “Fue un parto rápido” señala Matamoros Hernández. “Le estoy dando de mamar cada tres horas. Aunque casi no tengo leche en los pechos, poco a poco irá aumentando al transcurrir los días. Mire, es una hermosura mi hijo”.
Alejandra lloró fuerte al recibir la nalgada del doctor Héctor. “Pesó ocho libras…¡está criada!. Idelsis carga a la pequeña, disfruta este contacto tan ansiado. “En las condiciones que me encontraba no tenía fuerzas para parirla. El cuello del útero no había dilatado lo suficiente, estaba duro, por lo que el equipo médico determinó pasarme un suero para reducir las contracciones y realizar la cesárea. Un tacto determinó la posición de la nené y en cuestiones de minutos, con la colaboración además del ginecostetra Nicolau, salió esta belleza de mi vientre”.
Nacidos y por nacer llevan un seguimiento sistemático. Trescientas gestantes reciben, como está establecido, las consultas de genética, para valorar posibles riesgos y diagnosticar cualquier deformación del feto. Se les da seguimiento nutricional donde se les hacen recomendaciones dietéticas y evalúan su estado general, visitas en el terreno para brindar orientaciones de acuerdo al tiempo que tenga de embarazo. Las puérperas son tratadas en las consultas de puericultura y las propias interconsultas del pedíatra, para examinar el progreso psicomotor de los recién nacidos. (Iliana Pérez Lara/ Radio Santa Cruz)
(Con información del Joven Club de Computación y Electrónica de Santa Cruz del Sur)