Bloqueo de EE.UU.: fardo pesado para la economía cubana

Bloqueo de EE.UU.: fardo pesado para la economía cubanaEl bloqueo multilateral de Estados Unidos contra Cuba se ha recrudecido al paso del tiempo y constituye, sin discusión, un fardo demasiado pesado para la economía nacional. Aunque el actual Gobierno estadounidense ha adoptado algunas medidas, son insuficientes y extremadamente limitadas y no tienen la intención de alterar el complejo entramado de leyes, regulaciones y disposiciones que conforman tal política de Washington contra La Habana, que persigue sus ramas punteras, entre ellas el turismo.

Como consecuencia de la estricta y feroz aplicación de esas leyes y otras disposiciones normativas, la Isla continúa sin poder exportar e importar libremente productos y servicios hacia o desde los Estados Unidos, no puede utilizar el dólar norteamericano en sus transacciones financieras internacionales o tener cuentas en esa moneda en bancos de terceros países.

Viola también los derechos constitucionales del pueblo norteamericano, al quebrantar su libertad de viajar a Cuba. Viola, además, los derechos soberanos de muchos otros Estados por su carácter extraterritorial.

La industria local del ocio se mantiene como uno de los principales motores impulsores del panorama económico cubano.  Este sector requiere, por lo tanto, continuar su evolución con oportunidades de participación para los inversionistas extranjeros en la infraestructura hotelera y extrahotelera; así como la construcción de campos de golf, entre otras iniciativas.

Las compañías de Estados Unidos con trayectoria en el giro hotelero y con fuertes inversiones en la región del Caribe no pueden acceder a estas oportunidades en el Destino Cuba, debido a las prohibiciones del referido cerco. Tampoco la Isla se beneficia de las cadenas hoteleras estadounidenses que se encuentran presentes en la región caribeña, las que casi en su totalidad forman parte de las 10 mejores  del mundo como es el caso de Sheraton, Hilton, Marriot y Holiday Inn.

A pesar de la retórica oficial que pretende convencer a la opinión pública internacional de que la presente Administración Obama  ha introducido una política de cambios positivos, lo cierto es que la ínsula continúa también sin poder comerciar con subsidiarias de empresas norteamericanas en terceros países y los empresarios de terceras naciones interesados en invertir en Cuba son sistemáticamente amenazados e incluidos en listas negras.

Tampoco se le permite a la Isla tener acceso a créditos de bancos en La Unión, de sus filiales en terceros países y de instituciones internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional o el Banco Interamericano de Desarrollo.

En informe reciente titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos de América contra Cuba”, que será presentado este 25 de octubre próximo en la Asamblea General de las Naciones Unidas, se consigna que el daño económico directo ocasionado a este pueblo  por la aplicación de tal engendro  hasta diciembre de 2010, a precios corrientes, calculados de forma muy conservadora, asciende a una cifra que supera los 104 mil millones de dólares.

Si se toma en consideración la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado financiero internacional, que ha sido sumamente elevada durante el año 2010, y mantiene una tendencia creciente, la afectación a la economía antillana sería superior a los 975 mil millones de dólares.

La actividad turística del patio ha experimentado, por ende, severas afectaciones provocadas por tal flagelo, las cuales ascienden a mil 713 millones de dólares. 

Tomando como referencia estudios realizados por entidades norteñas del rubro, se estima que la industria sin chimeneas nacional dejó de ingresar en el año 2010  millones de dólares por la prohibición de viajes. 

Ejemplos sobrados hay de la magnitud de ese ensañamiento, cual guerra sin cuartel. Así tenemos que la filial de la Empresa Havanatur radicada en Canadá está obligada a pagar 1.6 por ciento más que otras entidades similares por el procesamiento de tarjetas de crédito, debido a las exigencias del bloqueo.

Por otro lado, el Grupo ITH, encargado del abastecimiento a los vacacionistas, también experimenta elevadas pérdidas debido a la diferencia de precios en mercancías compradas en terceros países, intereses excesivos de créditos comerciales, variación de la tasa de cambio y adquisición de divisas por fletes.

A lo cual se suma a su vez que, si para los vuelos comerciales de Cuba a Canadá  y viceversa pudiera utilizarse el espacio aéreo de Estados Unidos, se reducirían el tiempo de vuelo y afectaciones al medio ambiente, y se propiciaría un ahorro económico. 

El Presidente Obama cuenta con prerrogativas suficientes para modificar significativamente este panorama, incluso sin la intervención del Congreso; pero al parecer ello no está dentro de sus prioridades.  

Mientras, tal política injerencista deviene un fardo demasiado pesado, de cuyas garras no escapa ninguna actividad.  Y aunque se le reconoce como el principal obstáculo para el desarrollo, el país no ceja en sus aspiraciones y marcha por el camino escogido, testigo en el caso del turismo de la recepción en el 2011, en tiempo récord, del turista dos millones, pese a no contar con su mercado natural, a solo 90 millas. (Por Luz Marina Fornieles Sánchez, AIN)