El primer paso de un largo camino para Palestina
Con aplausos sostenidos por más de un minuto, acogieron las delegaciones participantes en la 66 Asamblea General de Naciones Unidas a Palestina, que por medio del presidente de su Autoridad Nacional, Mahmoud Abbas, al fin alzó su voz en Naciones Unidas para reclamar su derecho a ser un Estado, soberano e independiente.
Apoyada y aclamada por la comunidad internacional Palestina no solo pidió ser considerada un Estado, también denunció a los dos principales enemigos de ese proyecto: Estados Unidos e Israel.
Los palestinos han demostrado reiteradamente que desean la paz y la convivencia normal con su poderoso vecino. Han promovido innumerables intentos para lograrlo por la vía diplomática y en todas las oportunidades Israel ha respondido con más violencia y prepotencia, al estilo de sus aliados incondicionales.
Palestina es un país hermano al que nos unen lazos históricos por motivos de diversa índole, entre los cuales destacan la solidaridad y amistad que ambos países se han profesado, por haber sido víctimas ambos de la política de varias administraciones estadounidenses. La resolución de no plegarse a los intereses hegemónicos e imperiales y luchar hasta la muerte si fuera preciso.
Es de admirar el patriotismo de los palestinos, y aunque tengan una diáspora fuerte por todo el mundo, por razones obvias, cuando les convocan a la Intifada o Guerra Santa, acuden prestos y dispuestos a inmolarse antes que claudicar en sus principios.
Imágenes de niños palestinos lanzándoles piedras a los ocupantes israelíes llevan la firme convicción de que habrá beligerancia mientras no se respeten sus derechos, de que la conciencia nacional de repudio a los asentamientos ilegítimos, la ocupación y el apartheid se aprende desde la cuna, pues es mucho dolor el que tiene que soportar ese pueblo a causa de los desmanes israelíes, a los cuales Estados Unidos mantiene como gendarmes de esa zona geopolítica del planeta.
Parece que la petición de la hermana nación árabe va a correr la misma suerte de las resoluciones de la ONU que votadas por mayoría, piden cada año el cese del bloqueo contra Cuba.
Pero es un primer paso que Palestina tenía que dar y ya dio. A fin de cuentas esta solución, aunque no convenga al gobierno de Israel, sí conviene al futuro de los dos países, a ambos pueblos con iguales derechos de estar allí, pues ambos están allí desde tiempos inmemoriales. (Iliana Pérez Lara/ Radio Santa Cruz)