Yargelis enfila al oro; Yarisley impresionó
Daegu. — Ninguna saltadora, por muy Elena Isinbaieva, Blanka Vlasic, Jackie Joiner-Kersee o Tatiana Lebedeva que sea o haya sido, blasona de tres coronas mundiales sucesivas, gesta pretendida por Yargelis Savigne en triple, para la cual enfiló desde este martes con tope de 14.62 entre las que avanzaron a la disputa de las medallas.
La cuarta jornada del Mundial Daegu 2011 contó, además, para el atletismo cubano, con la agradable sensación que dejó el cierre de los pertiguistas a cargo de Yarisley Silva, dueña de un quinto lugar sin precedente y autora de flamante primacía nacional de 4.70, así como del aportador octavo escaño de Jorge Fernández en disco.
También la fecha reportó satisfacciones superlativas para los amantes del Deporte Rey en nuestra área americana, con las coronaciones de Fabiana Murer en salto con pértiga, adelantándose Brasil en la conquista del primer oro latinoamericano válido, y del joven granadino Kirani James en una trepidante vuelta al óvalo en la que sofocó sobre la misma raya de sentencia al gran favorito estadounidense LaShawn Merritt.
No solo hubo sonrisas, pues aparte de no clasificar o quedar en el camino, otros cubanos comparecieron con rendimientos inapropiados para el Mundial, ni tan siquiera acordes con sus promedios, y nos referimos a Víctor Moya, cuyo 2.21 acreditó el puesto 28 en salto de altura, Yarianna Martínez, 14.07, lugar 13 y Dailenis Alcántara, 13.78-23, ambas en triple, ninguno de los cuales consiguió méritos en su primera aparición, junto a Omar Cisneros, quien pareció un novato con 50.16 en semifinales de 400 con vallas, lugar 21 entre los 24 aspirantes a ocho carriles finalistas.
EN ALZA PÉRTIGA PANAMERICANA
Al decir de la campeona Fabiana Murer, la pértiga tendrá nivel de excelencia en los Juegos Panamericanos de Guadalajara. Le ha sorprendido ver saltar tan alto al plateado Lázaro Borges como la gran mejoría experimentada por Yarisley Silva.
Esta última protagonizó otro acontecimiento histórico para Cuba desde el mismo momento de acceder a la final, incrementado en esta fase decisiva con el récord y la quinta plaza superando el listón o derribándolo como cualquier otra de las estelares en una contienda donde además del suyo cayeron otros récords, hubo marcas personales y también otro episodio triste, esta vez para la inmensa Isinbaieva, clasificada sexta por detrás de ella.
Yarisley arrancó imperturbable en la punta del evento y allí se mantuvo hasta la cuarta etapa programada, con renuncia a la inicial de 4.30 y accionar inmaculado sobre 4.45, 4.55 y 4.65, a partir de lo cual comenzarían cotos inalcanzados y poco explorados, pues su tope nacional era de 4.66.
Con la varilla en 4.70 operó el maleficio sicológico del récord a implantar y su tensión duró hasta tener el agua al cuello, liberándola con la realización en la tercera y última.
Luego vino la táctica de pasar 4.75 para tirarle a 4.80, lógica por haberse colocado en una destacada quinta posición imposible de mejorar sin tal riesgo y de todas maneras nada perdía con experimentar en alturas desconocidas. Aunque erró las tres veces, comprobó en la última no estar muy distante de alcanzarla con ánimo más entrenamiento y confianza.(Granma)