Peligro nuclear, espada en el cuello

Peligro nuclear, espada en el cuelloA veces, inmersos en el análisis de los tantos riegos que pesan sobre la especie humana a partir de los desatinos y ambiciones de los regímenes basados en la explotación del hombre por el hombre, parecería quedar en plano secundario el tremendo peligro que significan los arsenales atómicos concentrados en el planeta.

Nacieron y han estado creciendo desde que Estados Unidos usó sendas bombas atómicas por primera vez en la historia contra la ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.

Se convirtieron en carga insoportable durante la titulada Guerra Fría impuesta por Washington a la extinta URSS, y a pesar de la desaparición de aquella potencia identificada entonces por los líderes imperialistas como “el gran enemigo”, el afán hegemonista de esos propios grupos de poder no ha dejado de crear y perfeccionar tales artilugios de muerte masiva.

Precisamente, días atrás, ante asunto de tanta gravedad derivado del poder destructivo capaz de hacer desaparecer a nuestro mundo cientos de veces, se preguntaba Cuba en el seno de la Organización de Naciones Unidas (ONU), para qué se conservan hoy en el planeta más de 23 mil 300 armas atómicas y se dedican billones de dólares a  gastos militares.

Y precisaba la representación de la mayor de las Antillas la existencia de sectores en el planeta muy poderosos y a la vez lo suficientemente irresponsables y agresivos, los cuales apuestan a construir su hegemonismo global a viva fuerza, incluido el uso de los artilugios de muerte más destructivos de los que se ha tenido noticia.

Cuba conoce de cerca esos riesgos porque quienes esgrimen el chantaje atómico y la prevalencia de la agresividad en las relaciones globales, no vacilaron en poner en vilo a la humanidad en octubre de 1962 al generar la crisis de los misiles en torno a nuestro país.

Son los mismos que se dedicaron por largos decenios a establecer el cordón de cohetes nucleares alrededor de la desaparecida Unión Soviética; idearon la bomba de neutrones para aniquilar seres humanos y dejar íntegros los bienes materiales, y hace apenas pocos meses pusieron en la picota la reactivación de los acuerdos con Rusia sobre limitación de arsenales nucleares.

Esos que además sueñan con el escudo para garantizarse la posibilidad del primer golpe atómico sin respuesta del agredido y hoy, según la propia denuncia de Cuba, se muestran partidarios del “uso preventivo” de semejante arsenal, dejando atrás todo falso rubor.

Luego, escúcheles tronando porque alguna nación del planeta intenta poner el átomo al servicio de su economía y de su seguridad energética. (Por Néstor Núñez, AIN)