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El abrazo que provoca estar en Cuba

El abrazo que provoca estar en Cuba“Nos abrazamos cuando pisamos suelo cubano porque esta Isla es el faro de nuestras ideas”, expresó hoy Alcides Bonavitta, uno de los argentinos que en enero pasado subió el Aconcagua para reclamar la libertad de Los Cinco antiterroristas prisioneros en EE.UU. desde 1998.
  
A pocos días de escalar el Pico Turquino, mayor elevación de la Isla, el gaucho dijo a la AIN que los grandes medios de comunicación distorsionan la realidad cubana pero no pueden borrar la obra de la Ínsula que se extiende a muchos lugares del planeta.
  
Manifestó sentirse muy identificado con las ideas de Fidel y Raúl Castro, así como también con las del destacado luchador cubano argentino Ernesto Che Guevara.
  
Cada día estamos más informados por los amigos que tenemos aquí, y ese es nuestro objetivo, nutrirnos de información para esparcir esa verdad entre los jóvenes de nuestra provincia, agregó el activista comunitario de la provincia de Neuquén en la Patagonia.
  
Interrogado sobre la campaña mediática que contra Cuba lanzan los enemigos de la Revolución, Bonavitta comentó que ellos sienten como suyas las agresiones a la Patria de José Martí, por lo que esas patrañas de Estados Unidos y el Parlamento Europeo nunca encontrarán eco en las personas de buena voluntad.
  
Somos defensores de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y de todo lo que en materia de integración e igualdad se genera entre los pueblos latinoamericanos, remarcó.
  
Sobre la subida al Turquino, histórico lugar que acoge el busto del Héroe Nacional de Cuba, el argentino argumentó sentirse emocionado porque puede vivir la historia que leyó hace algunos años en los Diarios de Campaña de Che Guevara y Raúl Castro.
  
Venir acá es muy importante para nosotros y con ello que los jóvenes argentinos conozcan más sobre el caso de Ramón Labañino, Fernando González, Gerardo Hernández, René González, y Antonio Guerrero, los cinco cubanos que sufren prisión por defender a su pueblo de ataques terroristas, subrayó.
  
Los escaladores argentinos narraron las peripecias de su viaje hacia la cumbre del Aconcagua, lugar más alto de América, con temperaturas de alrededor de 30 grados bajo cero, y donde, cuando faltaban las fuerzas físicas, tuvieron que acudir a esa fuente inagotable de energía: las ideas de justicia.
  
Y de esas -concluye Alcides-  llevamos muchas al Turquino, por los cinco hermanos cubanos, y porque ondee una vez más en la emblemática Sierra Maestra la bandera por su Libertad.

(AIN)