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Tania Libertad en Cuba: canción que nace del alma

La Habana, 4 oct.- La voz de Tania Libertad sobrecogió en Cuba a miles de espectadores que la retienen en la memoria entre las mejores exponentes latinoamericanas de la canción, y hoy, 21 años después de su última visita a la isla exclaman sin cesar: está igualita.

La artista peruana, invitada de lujo del Encuentro de Voces Populares, abrió su concierto en el Teatro Nacional a ritmo tanguero y con un canto a Eleggua, una de las deidades de la religión yoruba, de gran arraigo en Cuba por las raíces africanas.

Me fue muy difícil elaborar un repertorio para traer aquí, confesó la galardonada con un premio especial Grammy Latino a la excelencia y trayectoria musical.

Instantes especiales de sus tantos viajes a Cuba en las décadas de 1970 y 1980, fueron las descargas con el compositor y guitarrista César Portillo de la Luz, de quien interpretó Delirio.

Del argentino Fito Páez, Libertad llevó al ritmo peruano de vals landó el precioso tema Yo vengo a ofrecer mi corazón, y del español Joaquín Sabina mostró una adaptación personal de Noches de bodas.

Mi repertorio sigue siendo el que me nace del alma, aseguró entre aplausos.

Con el micrófono a más de 10 centímetros de distancia casi siempre, la cantante no solo volvió a demostrar que es una voz privilegiada, sino una experta en la canción mexicana, elevó el drama con Fallaste corazón, de Cuco Sánchez, y Costumbres, de Juan Gabriel.

Junto al español Joan Manuel Serrat cantará pronto, a su retorno a México, pero adelantó aquí su versión de Fiesta, y un rato después estrujó corazones con Eu sei que vou te amar, de una figura capital en la música popular brasileña contemporánea, Vinicius de Moraes, a quien interpretó en el original portugués.

Todo el teatro de pie agradeció El primer amor, una canción del cubano Pablo Milanés que grabaron juntos en 1987 y que vocalizó tal como ayer.

Mucha gente me advirtió que si no iba a cantar esta obra, mejor ni viniera a Cuba, contó jocosa y calificó de lindo recuerdo su estancia en La Habana para filmar el video clip del tema.

A una solicitud de alguien del público, sin previo ensayo, disfrutó La mulata, del cubano Alberto Acosta, y paseó su amplio registro vocal en otra pieza no prevista, interpretada a capela.

En tiempo de vals landó peruano endulzó la noche con Por debajo de la mesa, del mexicano Armando Manzanero, y elevó el tono de poesía con Ojalá, del cubano Silvio Rodríguez.

Libertad presentó una propia versión de Himno al amor, de Edith Piaf, y sus músicos conspiraron con ella de maravillas en escena, además de demostrar cualidades vocales propias las dos tecladistas cubanas Sonia Gornuchet y Caridad Herrera, al lado del percusionista peruano Juanchi Vasquez. (PL)