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Rosita era única (+ Fotos y Audio)

Entrevista al director artístico de espectáculos Raúl de la Rosa. 

Por Juan Mendoza Medina/ Radio Cadena Agramonte. 

Camagüey, 17 jun.- Los grandes artistas nunca mueren, porque perduran en su obra. Por eso, la partida de Rosita Fornés de este mundo es solo física; su huella ha quedado impregnada en los tantísimos escenarios que la acogieron.

En medio del dolor, Raúl de la Rosa, director artístico de muchos de los espectáculos de la vedette de Cuba, compartió vía telefónica con Cadena Agramonte sus impresiones sobre el legado de la Premio Nacional de Teatro, Música y Televisión.

“Yo la recuerdo muy bondadosa, sincera, sonriente y exigente a la vez”. Lo que pasa es que tenía tantas cualidades buenas, que su exigencia hacía que se realizaran las cosas como un deber, y con una sonrisa. “Era única”.

“Con su partida se cierra el último capítulo de las artistas que saben estar, ser, vestir, comportarse y moverse en un escenario utilizando todos los elementos, incluso el vestuario por muy complicado que sea. Con ella se va todo eso”.

Tras la línea telefónica se percibe una voz que no se recupera de la triste noticia, aun cuando ya han pasado varios días. “Es una pérdida muy lamentable, pero estará siempre presente cuando entremos en un escenario, veamos las butacas, la platea, y a lo mejor desde un palco nos esté mirando, o quizá la miremos a ella moviéndose, cantando cualquiera de sus números que han sido un lema”.

Desde el Teatro Martí, en La Habana, donde el pueblo le dio el último adiós a la vedette, Raúl de la Rosa aseguró que no hay mejor homenaje que el tributado este martes. “Le hemos hecho la guardia de honor, vino un nutrido grupo de artistas, con preciosos adornos florales. Ella parecía dormir la siesta y así la debemos pensar, como una persona que está descansando, no fallecida”.

Para las actuales generaciones de artistas, añadió, deja algo que tienen que aprender: “a sacrificarse y entregarse en cuerpo y alma para lograr una buena presentación. Eso siempre lo hacía Rosita Fornés”.

“Durante una gira nacional, en el Teatro Pedro Saidén, de Pinar del Río, la vi cojeando, compungida, y cuando le dije que tenía que salir, tiró el bastón y como si nada interpretó La balada para un loco. Fue una de sus mejores actuaciones. Esa es la artista que se nos va.”

Pero en los más importantes escenarios de Camagüey, Rosita también ofreció su arte. “Le encantaba actuar en el Teatro Principal, decía que el público tenía algo especial”.

Gregorio Márquez, director hoy de los Teatros Avellaneda y Principal, coincide con ese criterio, y resalta el profesionalismo y sencillez de la vedette: “nunca dejó de atender ni de saludar a nadie, por muy cansada que estuviera”.

“A raíz de la reparación del Avellaneda, en una galería ubicada en el segundo nivel, el visitante puede apreciar imágenes de varios artistas que han actuado en ambos coliseos, y allí está ella”.

La vedette de Cuba, Rosita Fornés, deja un gran vacío en los escenarios cubanos y del mundo; pero nunca cesará de brillar su obra, y de acompañar, desde el teatro, la danza, la música, el cine o la televisión, a las generaciones futuras de espectadores que continuarán admirándola. (Fotos: Ismael Francisco/ Cubadebate)(Fuente: CadenaGramonte)